Este martes, 12 de diciembre, Carlos Portillo, hermano de Gerardo, ingresó al Centro de Detención Provisional de Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Carlos Portillo tuvo una reacción instantánea al conocer la noticia. “Lo logramos. Al fin se hizo justicia”, le escribió a su hermana Rocío, a través de Whatsapp. Él también recibió varios mensajes y felicitaciones de amigos y familiares.
“¿Es cierto que ya le indultaron a tu hermano Gerardo”, le preguntaron en un grupo de WhatsApp. Carlos no sabía qué responder. Ingresó a las redes sociales y leyó el Decreto Ejecutivo 241, suscrito este martes, 12 de diciembre del 2017, por el presidente Lenín Moreno.
En el documento, el Primer Mandatario anunció el perdón de la pena de un año de cárcel que debía pagar Gerardo Portillo. Él fue uno de los cinco veedores de los contratos que tuvo Fabricio Correa con el Estado, durante el gobierno de su hermano Rafael Correa.
Los veedores afirmaron que el expresidente sí sabía de los negocios de su hermano, que sumaron más de USD 500 millones en varios proyectos.
Esa conclusión les costó una demanda del exmandatario a cuatro de los cinco veedores, por el presunto delito de falso testimonio. La Justicia condenó a un año de cárcel a Portillo y a Pablo Chambers; y a los otros dos se los declaró inocentes.
En el Decreto Ejecutivo 241, Moreno asegura que Portillo “carece de otros procesos judiciales pendientes y que a partir del 4 de septiembre del 2017 se encuentra privado de la libertad, tiempo durante el cual registra una conducta óptima”.
Ese 4 de septiembre, Gerardo fue arrestado en el sur de Quito, cuando regresaba a casa, luego de la jornada laboral.
La Policía, en un control de rutina, detuvo la moto de Portillo y le pidió la cédula. Al verificar los datos, el sistema arrojó que tenía una orden de captura. La denuncia de Correa se conoció en el 2010 y la sentencia quedó en firme en mayo pasado (2017), cuando la Corte Nacional negó el recurso de casación.
Ayer, tras conocer la noticia, Carlos salió de su casa, en el norte de Quito, y se desplazó hasta el centro de la ciudad. Allí se reunió con Ramiro Guerrero y Jorge Romero, amigos de la familia. Con ellos se trasladó al Centro de Detención Provisional, en El Inca, donde recluyeron a su hermano.
“Estoy feliz, como un niño con un chupete. Toda la familia quería que saliera libre antes de Navidad y afortunadamente eso será así”, aseguró Carlos a EL COMERCIO, a través de una entrevista telefónica.
Sus padres también sonrieron cuando les contó que Gerardo regresaría en las próximas horas a casa. En septiembre, horas después de la captura, su padre sufrió una parálisis facial y su madre tuvo un preinfarto. Ambos solo conocían que su hijo estaba preso por una infracción de tránsito.
El indulto presidencial está contemplado en el artículo 147 numeral 18 de la Constitución. Allí se menciona que entre las atribuciones del Presidente está la concesión de indultos o reducciones de penas.
El art. 74 del Código Penal también habla de este punto y aclara que el Primer Mandatario puede otorgar este beneficio legal si el imputado tiene buena conducta en prisión.
Además, la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, remitió al Ejecutivo un informe favorable y recomendó el indulto.
“La lucha sigue. Ahora pelearemos por el indulto a Pablo Chambers”, comentó Carlos.
Este exveedor también fue condenado a un año de cárcel y tiene una orden de captura vigente. Su paradero se mantiene en reserva. La semana pasada, este Diario se comunicó con él a través de un intermediario. En un e-mail, Chambers aseguró que trabaja fuera de las ciudades grandes para evitar que la Policía lo detenga.
“Gracias a todos. Ahora, a pelear por los presos políticos que siguen encarcelados injustamente. Mil gracias de parte de mi familia”, escribió ayer Carlos Portillo en Twitter.
A través de esa red social se difundieron mensajes de apoyo. “Estimados amigos. Gerardo es un hombre libre. Misión cumplida”, escribió Óscar Ayerve, exministro de Gobierno y amigo de la familia.
“Es un acto de justicia. Su único pecado fue hablar con la verdad”. “Al fin se dio el indulto a Portillo. Recibió absurda sentencia que nunca debió darse”, escribieron.
Hasta las 17:00, el exveedor no salía libre. Su abogado Ramiro Román llegó al CDP para apurar el trámite.