Elizabeth Campaña. Ex directora de la cárcel de Cuenca.
A veces creemos que para reducir la inseguridad en el país hay que dotar de más policías a las ciudades o realizar más arrestos.
Esa teoría está equivocada. Lo fundamental es dejar de lado esta especie de caridad en la que el Gobierno ha caído, al entregar el bono a gente trabajadora.
Con eso se podría pretender convertir a este en un país de mendigos. Si el Gobierno quiere que el país salga adelante, la estrategia es generar más fuentes de empleo y mejorar de forma integral la educación. A corto plazo, eso se vería reflejado en una reducción de la actividad delincuencial.
En vez de estar regalando USD 35 a tres o cuatro millones de ecuatorianos, debería poner ese dinero en inversiones: crear siete u ocho empresas en ciudades estratégicas para que produzcan productos para la función pública (uniformes, zapatos…).
Esas industrias emplearían a la población. Ellos, al menos con un sueldo básico y sintiéndose útiles, vivirían con dignidad. Solo mejorando las condiciones de vida se combate la delincuencia. Así, el Estado debería proteger el derecho a la educación gratuita en los tres niveles para todos.