El testigo Édison L. giró la cabeza hacia su derecha. Observó con detenimiento a las personas que acudieron ayer a la audiencia de juzgamiento por la muerte de la joven Natalia Emme.Segundos antes, el juez a cargo del caso, Andrés Zambrano, pidió a Édison L. que señalara a la persona que vio detrás del volante del vehículo (de la Fiscalía General) que arrolló a Emme.
“Recuerdo que tenía un corte de cabello tipo militar y que vestía un chompa y gafas oscuras”. Estaba en el asiento del conductor, agregó, pero no podría asegurar si está presente ahora en la sala. “ Todo ocurrió muy rápido”.
Wilson Velasteguí observó al testigo. Estaba a solo 1metro de distancia, detrás de la mesa donde se ubica a los acusados. Él reconoció que el día del accidente (14 enero) conducía el vehículo de la Fiscalía General. Entonces apareció en los medios de comunicación con un ‘look’ diferente. Similar al que describió el testigo Édison L. en la audiencia.
Ayer, el policía Velasteguí llegó con la cabeza rapada. Se dejó crecer la barba, en forma de candado. Dijo ante el juez Zambrano que no iba a exceso de velocidad y que Emme cruzó de forma “intempestiva” la av. América.
Mario Paredes, técnico de la Unidad de Investigación de Accidentes de Tránsito, aseguró que en la reconstrucción del accidente se determinó que el vehículo del Ministerio Público iba de 107 a 110 km /h. “La velocidad máxima permitida es de 50 km/h en esa avenida”. Además, el vehículo invadió una vía exclusiva de buses”.
La fiscal de tránsito a cargo del caso, Mariana López, pidió al juez que se dictase la máxima pena por accidente de tránsito con muerte, es decir, cinco años de cárcel.
David Villena, abogado de Velasteguí, insistió en que conducía a 50 k/m y que Natalia Emme tuvo responsabilidad en el accidente. “Tenía 0,89 g/litro de alcohol etílico en su sangre, que provoca un estado de euforia”.
El análisis se realizó en el Instituto Nacional de Higiene y Medicina Leopoldo Izquieta Pérez. La responsable de los resultados, Beatriz Vargas, también fue interrogada ayer durante la audiencia de juzgamiento. Dijo que el examen de sangre no pudo ser alterado, como en un principio lo aseguraron los familiares de Emme. Y que se cumplieron con las cadenas de custodia.
“La muestra llegó sellada, en un tubo de cristal que a su vez estaba dentro de una caja negra”, señaló. “La entregó César Marcillo, del departamento Médico Legal de la Policía. La doctora Mónica Enríquez registró el ingreso de la muestra de sangre”.
El juez Zambrano aseguró que valorará cada versión y las pruebas presentadas para emitir una sentencia. Ayer estaba previsto que rindieran versión 30 personas involucradas con el caso. Pero hasta la tarde solo 20 acudieron.
Entre ellas María Elena Bedoya, madre de Natalia Emme. Estaba frente al policía Velasteguí, en la mesa de ofendidos. En su intervención, no pudo contener el llanto. Señaló con su dedo índice a Velasteguí y dijo: “mentiroso, tú no manejabas el vehículo que mató a mi niña. Estás encubriendo a la verdadera responsable”.
Se refería a Aliz Borja, esposa del fiscal general Washington Pesántez. Varios testigos dijeron que ella conducía el vehículo de la Fiscalía. Pero la fiscal de tránsito, Mariana López, no encontró pruebas “sólidas” para acusarla.
La madre de Emme aseguró que Borja debió estar también en la audiencia de juzgamiento de ayer. “Pero no fue llamada. No quieren que se sepa la verdad”.
Al final de la audiencia, el juez Zambrano dijo que notificará su fallo de forma escrita a las partes, en los próximos días.