Cinco policías; entre ellos dos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), vigilan la habitación 308 de la clínica Santa Anita, en Santo Domingo.
Ahí está el fiscal provincial Vinicio R. Los uniformados esperaban hasta ayer por la tarde que le dieran el alta médica para trasladarlo a un centro de detención provisional, en Quito.
El juez primero de lo Penal, Joaquín Lara Potes, dictó prisión preventiva en su contra por supuesto acoso sexual a una estudiante de la universidad donde labora.
Tras su detención (el miércoles pasado) presentó un cuadro de presión alta y fue internado en la clínica privada.
Ayer dio su versión de los hechos ante los medios de comunicación. Dijo que se trataba de una trampa y que era inocente.
Además que renunciaría a su cargo en el Ministerio Público para defenderse como cualquier ciudadano. Vinicio R. pidió a la Fiscalía que observe las actuaciones del fiscal Víctor Hugo Alcívar, quien estuvo al frente del operativo de detención del funcionario.
Según Vinicio R., su colega tendría una relación con la denunciante y el caso se habría planificado por una “venganza”. La joven universitaria dijo que sí tuvo una relación amorosa, pero en el pasado. “Sigo comunicándome con él (Alcívar), pero ya no tengo absolutamente nada, porque tengo mi novio”.
El testimonio de la joven consta en el acta de la audiencia de calificación de flagrancia que se desarrolló el jueves.
El fiscal general Subrogante, César Morales, llegó desde Quito el jueves a Santo Domingo para observar el proceso. Dijo que habría cero tolerancia con los funcionarios de la Fiscalía que hubieren cometido faltas a la Ley.
La fiscal a cargo del caso, Irma Bosques, tiene 20 días para realizar la instrucción fiscal.
Vinicio R. cuestionó la celeridad con la que se ha obrado en este caso. “Existen otros procesos con gente que en realidad es peligrosa para la sociedad ecuatoriana y a ellos ni siquiera se les ha ordenado una medida cautelar”.
Los Derechos Humanos -agregó- ya tienen conocimiento de mi situación y no vamos a permitir que se dañe mi buen nombre.
Según Morales, Vinicio R. estaba bajo la lupa de la Secretaría Nacional de Transparencia desde hace varios meses.