El sol se pone y la Virgen de la vidriosa túnica azul es alumbrada por una lámpara hecha con un envase plástico y una vela, en el patio de Radio Sucumbíos, en el centro de Nueva Loja. Al amanecer, la Virgen del delicado manto blanco y dorado es un altar en la Casa Diocesana de Sucumbíos, en la cúspide de un cerro, cerca del río Aguarico, al este de Nueva Loja.
A la primera, Nuestra Señora del Cisne, decenas de fieles, sentados en círculo, durante una vigilia, en asamblea, le hablan en voz alta de la entrega de misioneros fallecidos en el último año y le piden por sus almas, mientras comparten un vaso con gaseosa y pan.
A la Virgen de Fátima, de túnica blanca y con el Corazón Inmaculado en su mano izquierda, le rezan, a puerta cerrada, los 21 miembros de Heraldos del Evangelio, congregación que desde noviembre administra el Vicariato de Sucumbíos, en reemplazo de la orden de los Carmelitas, cuyo representante era monseñor Gonzalo López Marañón.
La Virgen del Cisne es la patrona de los fieles de la provincia. “Los padres Heraldos intentaron sacar a nuestra ‘Churonita’ de la iglesia para poner a su Virgen de Fátima, pero nos paramos y no les dejamos”, dice Esperanza Ruiz, representante del Ministerio Negro de la Pastoral Social de Sucumbíos, mientras los fieles cantan cerca de las 22:00, al final de la jornada de vigilia que se inició hace 69 noches.
La fe por una u otra Virgen es solo la epidermis de una creciente tensión social en Nueva Loja desatada por los desencuentros en la práctica del evangelio entre fieles que conciben al cristianismo con los dos pies (evangelio de la mano de la obra social) y los religiosos Heraldos que -según palabras del nuevo obispo de Sucumbíos, Rafael Ibarguren Schindler- consideran que más que mero esfuerzo humano existe la gracia divina, que lo importante es promover el acercamiento al sacramento para obtener la santificación.
Ibarguren reemplazó a monseñor López, quien había cumplido el límite de edad permitido por el Vaticano para los obispos (75 años). “Las cosas se complicaron el 7 de enero”, agrega Sonsoles Pérez, misionera. Ese día, policías cercaron la entrada de la Casa Diocesana para impedir el paso de los miembros de la Asamblea Diocesana, que durante 40 años, según lo acordado con monseñor López, fue considerada la máxima autoridad de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (Isamis).
Noemí Torres, de Radio Sucumbíos, cuestiona que se desconozcan los ministerios. Estos son representantes elegidos por la comunidad que han demostrado un trabajo en la Pastoral y fueron designados por López. José Cañar es uno de los ministros de la Comunicación en la Pastoral Social. Con 40 años y padre de tres hijos, el sábado último fue despedido de Radio Sucumbíos, emisora administrada por el Vicariato.
Por su causa, desde el lunes más de un centenar de ministerios participan en lo que llaman la “toma simbólica de radio Sucumbíos”. Los Heraldos no han vuelto a la emisora y los fieles están dispuestos a impedirles la entrada.
En respuesta, Radio Bolívar transmitió ayer una misa, a las 09:00, y desde el inicio de esta semana ha abierto los micrófonos para respaldar a los padres Heraldos y censurar a la Pastoral y a radio Sucumbíos (105.3 FM). A través de la frecuencia 103.7 gente que apoyan al nuevo administrador del Vicariato, miembros de la Renovación Carismática, han convocado a la Marcha Blanca, el domingo, a las 10:00. También habrá una contramarcha.