HOJA DE VIDA
Carlos Ojeda. Su experiencia. Tiene 55 años y es Magíster en Relaciones Internacionales del centro estudios diplomáticos de París (Francia).
Su punto de vista. Las FF.AA. no están en condiciones de salir a las calles a realizar patrullajes de seguridad interna.
Esto ocurre a raíz de la caída del muro de Berlín en 1990. Al terminarse la confrontación entre Este y Oeste, los países empiezan a ver hacia sus problemas internos y aparecen las amenazas emergentes que hoy ya no lo son.
¿Cuáles son las amenazas?
El narcotráfico, el crimen organizado, la trata de personas y las migraciones no controladas.
¿Qué ocurre en Sudamérica frente a estas amenazas?
El narcotráfico acarrea otras complicaciones como el crimen organizado transnacional. Eso quiere decir que los conflictos de un país se trasladan a otros. Por ejemplo, el problema de Colombia no se quedó allí y Ecuador sufre un impacto. El crimen organizado de ese país avanza a otras naciones y el tema se hace regional.
En Ecuador han sido detenidos cinco cabecillas de organizaciones de narcotraficantes desde el 2010, ¿ese es un indicador del avance del crimen transnacional acá?
Por supuesto. Las organizaciones miran hacia donde las políticas del Estado y las estructuras son débiles para combatirlos porque no tienen la experiencia para hacerlo. Ellos se sienten sofocados en Colombia y buscan un lugar donde generar su comercio. La única solución no es la lucha individual de los países contra el problema, sino la cooperación internacional para enfrentarlo.
Al ver que las FF.AA. colaboran en la seguridad interna, ¿se puede creer que la capacidad operativa de la Policía está disminuida frente al crimen transacional?
Depende de cada país y comienza cuando el accionar de las bandas tiene medios que sobrepasan a la Policía. Por lo tanto, el Estado debe utilizar otros recursos que tiene a su disposición, porque la Policía se ve sobrepasada en su accionar. Pero, eso dependerá de la disposición que tenga el Estado para emplear carabineros, policías o militares.
¿Las FF.AA. están capacitadas para trabajar en áreas que tradicionalmente ha desarrollado la Policía ?
No están en condiciones de salir a las calles por su formación, equipamiento, instrucción y doctrina. No es su función básica. Se puede cooperar cuando hay un problema bajo una estructura constitucional o específica como un Estado de Excepción, pero solo en calidad de apoyo, no en sustitución de otra entidad.
¿En qué naciones los militares intervienen?
Ecuador, Perú, Colombia y Brasil utilizan a las FF.AA. como policías por nombrar algunos. Ocurre donde a causa del gran impacto del narcoterrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado, el Estado ha tenido que modificar y ocupar otras herramientas. Ahora, hay que entender que cuando uno se adelanta a los hechos y adopta situaciones que provienen de políticas de Estado, no se tendría que llegar a ese punto.
¿Es peligroso involucrar a las FF.AA. en temas de combate al narcotráfico?
Primero sí porque pierde su esencia. Segundo, el contacto con este tipo de organizaciones hace muy permeable la moralidad de las fuerzas (del orden).
¿Por qué?
Cuando un sargento gana una cantidad de dinero menor a la que le ofrecen por no mirar lo que está pasando a su alrededor, se empieza a permear la moral y se verá complicada si después tiene que accionar como le exige la Constitución de su país.
¿Eso pasó en México?
Claro. Entraron los militares por una incapacidad de la Policía y hoy día el Ejército mexicano se ve desbordado porque el narcotraficante es ilimitado en su accionar. No se basa en leyes y por lo tanto es muy fácil que socave los principios y las bases que le dan la sustentabilidad a las FF.AA.
¿Cuáles son las debilidades de América del Sur?
Las leyes de inmigración por ejemplo. También las judiciales cuando se aprehende a un microtraficante, pues las penas no son las que corresponden. Entonces, el valor de la ganancia es mayor que el costo que debería de pagar cuando lo sorprenden.
¿Las leyes blandas son otro problema regional?
Sí. Acá hay microtráfico porque las personas saben que estarán pocos días en prisión, pero la cocaína le vale mucho más dinero, que el hecho de pasar dos días detenidos. Lo mismo ocurre con trata de persona u otros delitos.