Imagen referencial. Eliana Basurto, de 32 años, fue asesinada por su expareja, Néstor Z. Sus restos fueron hallados en un hostal, en Manabí. Foto: Pixabay
Eliana Virginia Basurto, de 32 años, había sobrevivido a la violencia a la que fue sometida por Néstor Z., su expareja. Ella decidió romper ese círculo de golpes y agresiones para empezar de nuevo. Él la acosaba, la buscaba, e incluso había atentado contra su vida. Eliana no lo quería en su entorno y se negó a regresar con él. Pero este jueves, 10 de diciembre del 2020, su cuerpo sin vida fue hallado en un hostal, en la localidad Los Cerezos, en Portoviejo, en la provincia de Manabí.
Organizaciones sociales, que trabajan por la defensa de los derechos de las mujeres, denuncian que en Ecuador, entre enero y este 10 de diciembre del 2020 113 vidas han sido arrebatadas por la violencia machista.
Los restos de Eliana fueron encontrados sobre un colchón en el interior de un hostal, cercano el terminal terrestre de la zona. Su oído izquierdo sangraba y de su boca emanaba espuma, producto del envenenamiento. Así consta en el parte policial de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Desapariciones, Extorsión y Secuestros de Personas (Dinased) al que este Diario tuvo acceso.
La violencia basada en género es estructural y el femicidio de Eliana da cuenta de una relación de poder entre ella y su agresor, que la mató porque ella intentó reconstruir su vida y la de su familia lejos de su violencia.
De acuerdo con el reporte de la Policía, el crimen habría ocurrido a las 16:30 del miércoles 9 de diciembre. Después de asesinar a Eliana, Néstor Z. intentó quitarse la vida ingiriendo la misma sustancia con la que la mató. “Al no soportar el dolor” -reza el informe- fue al Hospital Verdi Cevallos. Allí confesó el femicidio y el lugar en el que abandonó el cuerpo, señala el parte.
Luego de escucharlo, el equipo médico dio aviso a la Policía. El hombre, según la institución, será puesto a órdenes de la autoridades judiciales para ser procesado por el femicidio de Eliana, que, en Ecuador, se penaliza con sentencias de entre 22 y 26 años, según lo fija el Código Orgánico Integral Penal.
Organizaciones sociales señalan que la pandemia ha recrudecido la violencia en contra de las mujeres.
Para Cristina Almeida, presidenta de la Fundación Nina Warmi, los crímenes dan cuenta de que existe una emergencia inminente, porque la “impunidad campea en todo el territorio ecuatoriano.
Ella, activista y sobreviviente de violencia, recuerda que el presupuesto para ejecutar la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres se redujo en un 84% en el 2019 (pasó de USD 5,4 millones a USD 876 862). “Toda la política pública para la defensa y protección de los derechos no se concreta en la práctica. Hace falta una voluntad política que se exprese en presupuestos eficientes y suficientes para una acción efectiva que frene esta ola femicida“, reclama.
El trabajo de las organizaciones, además de la denuncia, es hacer memoria sobre las víctimas. Es decir, que no sean vistas como una estadística más, sino que sean recordadas como mujeres con sueños y proyectos que fueron privadas por la violencia.
Almeida exhorta al sistema de justicia de Ecuador para que “actúe con celeridad, garantizando el acceso a la justicia con sentencias ejemplificadoras, hasta cortar de raíz la violencia machista y alcanzar la memoria, verdad, justicia y reparación con todas las mujeres a quienes honramos cada día”.
Pero también, dice, es una problemática que implica una respuesta por parte de la sociedad civil. “Todas las vidas arrebatadas son resultado de la parálisis de nuestras sociedades y de los gobiernos que están vendados los ojos y que se niegan a concretar la política pública que ya está escrita. Todas esas vidas que ya no están también son resultado de una población que mira de lejos, como si el problema no fuera de todos y todas”, lamenta.
¿Necesita ayuda? Comuníquese con esas organizaciones
Si usted es víctima de violencia, recuerde que no está sola. Colectivos y redes de mujeres no han pausado sus actividades durante la pandemia y lo hacen desde la autogestión. Por ejemplo, la Red Nacional de Casas de Acogida, que abarca nueve centros Quito, Manabí, Tulcán, Lago agrio, El Coca, Tena, Guayaquil, Cotopaxi y Cuenca, ofrece un nuevo hogar a las sobrevivientes y a sus niños y niñas. Allí ofrecen servicios de salud, acompañamiento psicológico, educación y alimento.
Si necesita contactarse con los centros, puede hacerlo al correo: rednacionalcasas@gmail.com. También puede contactarse al 911 o descargar la App 911 y pulsar la imagen de violencia intrafamiliar.
Además, puede contactar a estas organizaciones si necesita ayuda:
–Organización Surkuna: 0999 928 032
–Fundación Casa Refugio Matilde: 0996 697 723/ 0987 796 688/ (02) 2627 591/ (02) 2625 316
–Casa de la Mujer: 0987 684 280
-Warmi Pichincha: 0987 427 448
–Organización Diálogo Diverso: 0999 889 801
–Fundación Nina Warmi: 0998 216 687
–Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer: 0988 382 526/ 0992 685 614
–Resurgir: Fundación Contra la Violencia de Género: 0981 739 497
-Fundación Alas de Colibrí: 0995 952 466.