Las 44 000 municiones fueron enviadas desde el sur de Ecuador, a través de una firma de correos paralelos. Dos hombres iban a retirarlas en la Terminal Terrestre de Carcelén (norte de Quito), según la Policía.
En un operativo policial, desplegado el 28 de febrero en las avenidas 10 de Agosto y Eloy Alfaro (norte de la capital), los sospechosos fueron detenidos cuando agentes detectaran “movimientos inusuales” en la terminal, tras el retiro de la encomienda.
“Creemos que esta munición posiblemente estaba destinada a grupos irregulares colombianos, pensamos que iba al norte”, dice el director nacional de la Policía Judicial, general Fabián Solano.
La Policía determinó que antes de llegar a Quito, el cargamento pasó por Cuenca y que iba a ser trasladado por tierra a Tulcán.
Esa es una de las cuatro rutas que utilizan traficantes de armas para abastecer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde Ecuador.
Los dos países comparten una frontera de 700 kilómetros. A lo largo de esta operan las FARC (con los frentes 29 y 48), Águilas Negras (paramilitares), traficantes de drogas y contrabandistas de combustibles, según las autoridades ecuatorianas y colombianas.
Un agente de Inteligencia de la Policía cuenta que en Ecuador existen mafias que abastecen a la guerrilla. “Son organizaciones pequeñas. No podemos hablar de una sola organización grande, porque al ser desarticulada, las FARC se quedarían sin abastecimiento”, resalta el oficial.
El año pasado, en Quito, un cargamento con 600 uniformes militares pixelados, 593 parches con logotipos de las FARC, 526 chalecos y 600 botas fue decomisado el 26 de abril. En un operativo policial desplegado en Oyacoto, la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (Ulco) detuvieron a tres sospechosos.
En las investigaciones se determinó que los uniformes iban a ser entregados en Ibarra. Para la Policía, los hombres iban a utilizar la misma ruta Quito-Ibarra-Tulcán para trasladar la mercadería.
“Por la cantidad de prendas decomisadas y la ruta, los uniformes tendrían como destino una de las columnas del Frente 29 de las FARC”, refirió la investigación policial de la Ulco.
Si Pichincha, Imbabura y Carchi son zona de paso de pertrechos, ¿qué papel juegan las capitales de esas provincias? Un informe de Inteligencia refiere que los operativos más efectivos, en cuanto a incautaciones de explosivos y uniformes, se han dado en ese territorio. “Imbabura es el centro de acopio y posterior distribución de explosivos y material bélico para la guerrilla, que también utiliza como puente fronterizo los pasos cercanos a Tulcán. Lo mismo ocurre en San Lorenzo (Esmeraldas) y La Bonita (Sucumbíos), que son estratégicos por el terreno”. Este último sector es la ruta de abastecimiento del Frente 48 de las FARC, que opera en el amazónico departamento del Putumayo.
La cuarta ruta, en cambio, según Inteligencia, conduce a la Columna Daniel Aldana del Frente 29 de las FARC: comienza en Quito, pasa por Tulcán y se desvía hacia la parroquia El Chical, al noroccidente de Carchi.
Una ametralladora de largo alcance Degtyarev DP-RD-46, de origen ruso, fue incautada a finales de junio del 2011 en el barrio Mena 2 (sur de Quito). Los investigadores sospechan que ese artefacto tendría como destino el Frente 48 del grupo subversivo.
Los agentes presumen que el arma (la alimentadora), los tres cartuchos calibre 7,62 y el trípode descubiertos fueron robados en Perú. Esa clase de armamento sirve para los operativos en selva, y tiene un poder destructivo capaz de derribar aeronaves. Su costo en el mercado negro es USD 80 000.
“La mayor parte del armamento que se decomisa en Ecuador viene desde Perú y tiene como destino grupos irregulares colombianos”, dice un agente. El general Fernando Proaño, comandante de la IV División del Ejército en Coca (Orellana), coincide con ese criterio.
A su juicio, el material bélico de la guerrilla llega al país desde Perú o Bolivia y luego pasa a Colombia por vía terrestre. El alto militar admite que se han detectado casos de “elementos de las FF.AA., la Policía o de personas particulares” que venden pertrechos.
A mediados del 2011, tres militares fueron detenidos en Guamaní (sur de Quito). Según la Policía, ellos fueron encontrados con cajas de uniformes. Las autoridades investigan si estos trajes iban a ser llevados a Colombia.
¿Quién controla el paso de uniformes? En Ecuador, el porte de ropa de la Fuerza Pública está regulado, pero no existe una normativa para la fabricación. A inicios de año, la Policía se incautó de réplicas de uniformes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía en Quito. El 4 de febrero del 2010, un cargamento de uniformes militares ecuatorianos fue requisado en Nariño, Colombia; la ropa era transportada por cinco personas, investigadas en el vecino país por posibles vínculos con el Frente 29 de las FARC.
Proaño sostiene que la vegetación y la topografía de la Amazonía son factores que influyen para sortear el control militar, en el traslado de explosivos, armas y uniformes a Colombia. “Tenemos una frontera permeable, cualquier sitio es un paso”.
Inteligencia militar da cuenta de que los cargamentos con destino a las FARC llegan a Colombia por Tulcán o La Bonita. Incluso, por la vía principal desde Quito, Lumbaqui, El Coca. “Hay diferentes (rutas). Los delincuentes se ingenian formas para evadir controles. Ese es su éxito”.
Un aspecto que facilita el traslado de pertrechos a la guerrilla es la falta de equipos para hacer más efectivos los controles, sostiene Proaño. Él distingue un problema: “Hay campesinos e indígenas que se movilizan con facilidad en la frontera. En el caso de las mujeres, no se puede realizar un control eficaz de sus vestimentas”.
El general reconoce, además, que tienen dificultades para revisar los vehículos de carga, con madera, por ejemplo. “Ahí pueden esconder cualquier cosa”.La solución, dice, es tener canes y equipos electrónicos para la detección de metales y drogas.
Los hechos que marcaron la relación Ecuador-Colombia luego del bombardeo en Angostura
01/03/2008
Colombia bombardeó una base de las FARC en Angostura. Murieron 24 personas. Entre ellas, Raúl Reyes (número 2 de la guerrilla), cuatro mexicanos y un ecuatoriano.
21/05/2008
Nadie reclamó los cadáveres de 18 guerrilleros muertos en el bombardeo. 82 días después, fueron enterrados en Quito.
03/03/2008
Quito rompió relaciones con Bogotá, luego de que el Gobierno protestara por la incursión en suelo ecuatoriano y de que Colombia hablara de nexos con las FARC.
07/03/2008
El presidente Álvaro Uribe pidió perdón al Ecuador por la violación de soberanía. Quito designó embajador en el 2010, en el gobierno de Juan M. Santos.
19/12/2011
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos llegó a Quito y selló el acercamiento. El 5 de mayo, había recibido al presidente Rafael Correa en Bogotá.