Primero hay que dotar a los policías de todas las herramientas necesarias para que puedan cumplir con su trabajo a cabalidad. Luego de que cumplan con este requisito deben trabajar mancomunadamente entre comunidad, policías e incluso militares.
Luego, a través de la prevención mediante charlas comunitarias se puede contribuir a la disminución de la delincuencia.
Es lo que hicimos en nuestro barrio para detener los robos. En la urbanización Coromoto, en el norte de Santo Domingo, hace cinco meses no sabíamos cómo hacer para contener la ola de asaltos que vivíamos.
Hablamos con el Comandante Provincial y un delegado de él nos visitó. Nos dijeron qué teníamos que hacer frente a la delincuencia. También nos explicaron cómo podíamos organizarnos entre vecinos. Ahora escuchamos una alarma y salimos todos.
De ahí en adelante se ha fortalecido la comunicación entre los vecinos y la Policía. Cuando un vecino observa una posible amenaza de robo llaman a la unidad de Policía comunitaria del barrio. Con eso hemos parado los robos en un buen porcentaje y ha regresado la tranquilidad.