Vivimos preocupados por lo que pasa en Cuenca. Hay crímenes violentos, asaltos a cada rato, perjuicios a comercios… La Gobernación debe liderar una política para hacer frente a los hechos delictivos.
Cada persona o entidad trabaja por su lado, y eso está mal. Debemos estar unidos, liderar una campaña de concienciación ciudadana para que todos se involucren y participen de forma activa. Lo último que nos queda es ser más solidario.
También se debe informar y alertar sobre personas sospechosas y lugares peligrosos. El Ejército y la Policía tienen que estar en controles permanentes para prevenir los delitos y alejar a la delincuencia.
A nuestros clientes les anunciamos que pese a ser una ciudad turística no está al margen de la delincuencia. Les entregamos una cartilla instructiva sobre medidas de prevención como guardar documentos y equipos tecnológicos, entre otras.
No tenemos armas, pero les damos alertas y estrategias de prevención. Cuando un turista es asaltado perdemos por partida doble, porque se lo contará a sus amigos y ellos lo pensarán bien antes de venir.