Un pequeño maletín, presuntamente abandonado en la farmacia del Hospital Luis Vernaza, en el centro de Guayaquil, provocó conmoción entre pacientes y personal administrativo y médico, esta mañana.
Personal de limpieza halló el misterioso portafolio ejecutivo, aproximadamente a las 06:00, y alertó al personal de seguridad. Este llamó a la Policía. Un grupo de agentes de la Unidad Antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate arribó al sitio aproximadamente a las 06:45 al hospital regentado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil.
Alrededor de 300 personas, entre empleados administrativos y personal médico, fue evacuado hacia un patio posterior de la antigua edificación, ubicada en las transitadas calles Baquerizo Moreno y Loja.
El personal del GIR procedió aproximadamente a las 08:15 a la detonación controlada del maletín. Franklin Jaramillo, a cargo del operativo, explicó que la detonación se efectuó para descartar la posibilidad de la presencia de material explosiva. “No se encontraba ningún objeto explosivo en el interior, estaba vacía”, indicó el uniformado. El GIR se retiró a las 08:45.
La preocupación por el anuncio de una bomba inquietó a los familiares de los pacientes asilados, dentro y fuera del hospital. Marcela Vila aguardaba fuera de la garita de ingreso para poder acceder a la casa de salud. La Administración restringió el acceso de las visitas hasta las 09:30. “Estoy preocupada por mi sobrino, está internado desde ayer y con esto de la noticia de la bomba no sé que sucede”, manifestó.
Los estudiantes internistas deambulaban con sus mandiles blancos por el parqueadero, esperando poder ingresar.
Joseph Mc Dermott, director técnico del hospital, se pronunció a las 10:00 a través de un boletín de prensa. “En ningún momento nuestros pacientes estuvieron en riesgo alguno, ni se suspendieron los servicios en ningún área”, aseguró en el escueto boletín.
Como medida de seguridad, la seguridad del hospital decidió revisar minuciosamente el interior de los vehículos que ingresan al centro hospitalario, regentado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil.
Según Dermott, el hospital actuó oportunamente ante el anuncio de bomba. “Se aplicó el protocolo de seguridad con el que se cuenta, que se cumplió con precisión”.
El anuncio de bomba pasó casi desapercibido fuera de las instalaciones del hospital. El tráfico no registró complicaciones ni se cerraron las vías de acceso. Jaramillo, del GIR, indicó que se buscará determinar quién dejó el maletín en dicha área.