Expendedores usan la Ley para evadir la cárcel

A diario, la Policía realiza controles y a las unidades judiciales ingresan personas detenidas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Ser detenido por drogas y conducido ante un juez se convirtió en un simple trámite legal. Jaime L., por ejemplo, colecciona un historial por el mismo delito: tráfico de drogas en mínima escala. Solo en este año, la Policía lo ha detenido cinco veces. La última vez fue en marzo.
El parte policial indica que supuestamente tenía 261 gramos de marihuana, distribuidos en 87 dosis, y que fue esposado cerca de un colegio de la capital. A pesar de que el fiscal del caso mencionó que posiblemente el sospechoso se dedicaba al microexpendio de narcóticos, pidió al juez que se le otorgara una medida alternativa a la prisión, como presentarse ante él cada ocho días. 24 horas después de la detención, Jaime L. estuvo libre en las calles de Quito.
El Código Integral Penal (COIP) eliminó la prisión preventiva en los casos de tráfico de drogas en mínima escala.
Antes de la nueva norma, la mayoría de los sospechosos quedaban detenidos. Un informe de la Fiscalía detalla que entre el 9 de julio del 2012 al 27 de julio del 2014, el 80% de las personas arrestadas a escala nacional por posesión de drogas recibía prisión preventiva. Solo el 6,8% tenía otra medida cautelar. Actualmente las proporciones se revirtieron.
En Quito, solo el 12% de los 56 aprehendidos durante febrero de este año quedó con prisión preventiva. En el mismo mes, pero en el 2014, la cárcel se aplicó para el 84% de los casos. Así lo detalla un reporte de la Jefatura Antinarcóticos de Pichincha.
Este cambio se debe a que este delito en mínima escala tiene una sanción que va de dos a seis meses de cárcel. Además, el COIP permite otras medidas que no sean la cárcel cuando la infracción se condena con una pena menor a un año de prisión. Anteayer, el presidente Rafael Correa anunció que tendrá “cero tolerancia con los microtraficantes”. Criticó que luego de que una persona es arrestada en estas circunstancias recibe la orden de presentarse ante el fiscal cada semana, pero no la cumple y al cabo de seis meses el delito prescribe y se archiva el proceso judicial.
En reuniones que el Presidente mantuvo la semana pasada con el Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) se analizaron las reformas a las tablas de consumo personal y de tráfico de drogas.
El tráfico de heroína, por ejemplo, se considera de mínima escala cuando no supera el un gramo; la base de cocaína y el clorhidrato (pura), hasta 50 g y la marihuana hasta 300 gramos. Estas cantidades, que están en la tabla de tráfico elaborada por el Consep, se modificarán junto con la tabla de consumo. Así lo anunció ayer Rodrigo Vélez, presidente del esa entidad, en una entrevista telefónica con EL COMERCIO.
Explicó “que en el caso de la heroína no podemos ser tolerantes. Es probable que se ponga a la mínima expresión (0,01), difícilmente lo pondremos en 0,0. Esto porque la Constitución especifica que no se criminalizará el uso y consumo”.
Para el Estado, la utilización de drogas es un problema de salud. Ese fue uno de los argumentos para que la Asamblea promoviera el proyecto de Ley de Prevención de Drogas que el próximo martes será analizado en segundo debate.
El suicidio de un padre de familia en Guayaquil, como consecuencia de la desesperación que sentía al ver que cuatro de sus 15 hijos son adictos a esta sustancia altamente peligrosa, reactivó el debate sobre las drogas. En febrero y marzo también se registró la muerte de un adolescente guayaquileño por síndrome de abstinencia a la heroína y otro muchacho quedó en estado de coma por el consumo de esa droga también llamada ‘hache’.
Sin embargo, ya desde mayo, el Ministerio del Interior solicitó al Consep una reforma a las tablas. Esto después de que la Policía descubriera una banda presuntamente dedicada al microtráfico y abastecimiento de drogas en la capital.
El operativo reveló que el modo de operar de los implicados era ceñirse a las tablas de porte mínimo para evitar la cárcel. En el operativo, 22 personas fueron detenidas y se incautaron de más de 406 kilosde drogas.
La forma de operar de la red delictiva era a través de vendedoras que salían a las calles con pequeñas dosis, nunca sobrepasaban los pesos permitidos para consumo personal o los catalogados en mínima escala.
Una vez que vendían, regresaban a una “casa de acopio”, por más sustancias. En mayo pasado, Diego Fuentes, viceministro del Interior, había pedido al Consep que “las cantidades de marihuana sean reducidas de 300 a 5 gramos”.
La Jefatura Antinarcóticos de Pichicha también advirtió, en marzo pasado, que tras los operativos constantes, los sospechosos de venta al menudeo eran detenidos, pero salían libres un día después. Uno de estos casos es el de Marco M., quien tiene 13 arrestos anteriores; cuatro por drogas.