El jueves 28 de diciembre de 2017, agentes ejecutaron un control en el sur de Quito, como parte de los operativos de seguridad antirrobos. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.
Viernes 22 de diciembre. Un grupo de amigos sale de un bar pasadas las 02:00. Uno de ellos se despide y camina unas cuadras hasta la avenida Amazonas, para tomar un taxi. En el trayecto mira el celular, revisa la hora y lo guarda en el bolsillo. Antes de llegar a la avenida, dos desconocidos se acercan en auto, uno de ellos se baja y le intimida con un cuchillo. Esa madrugada le robaron el teléfono, USD 30 y un reloj. Así consta en la denuncia.
Francisco, otro joven de 32 años, perdió su celular cuando subió a una unidad del Trolebús, en la avenida Colón, norte de Quito, hace 15 días. Esa tarde, la gente empujaba por ingresar al articulado y él no sintió que le hurtaron el equipo.
El sábado 16, a Adriana, una joven de 24 años, le asaltaron después de salir de una discoteca de la Foch, el epicentro de diversión de la capital. Un chico “alto, con chompa oscura” se acercó, le pidió una moneda y luego le amenazó con un puñal. Solo le quitó el teléfono.
Los grupos criminales se apropian principalmente de teléfonos inteligentes, dinero en efectivo y documentos, revela Sonny Salinas, subdirector de Operaciones de la Policía, a EL COMERCIO.
Las organizaciones delictivas se concentran principalmente en paradas de buses, en los exteriores de centros comerciales, en parques, en el transporte público y plazas.
El año (2017)npasado fue conflictivo. Con base en datos de operadoras telefónicas, la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones registró 305 020 reportes de robo o pérdidas de celulares, ‘laptops’ y tabletas, desde el 1 enero al 24 de diciembre. Es decir, un promedio de 852 casos por día en el país; en el 2016 fueron 971 casos cada 24 horas.
En la Policía advierten que se ejecutan operativos permanentes para desmantelar este tipo de redes criminales. Hace 15 días, por ejemplo, 284 agentes incursionaron en Quito, Guayaquil, Esmeraldas, Ambato, Machala, Quevedo y Babahoyo. En esas ciudades detuvieron a 14 personas, que en su poder tenían 1 340 celulares que antes habían sido reportados como robados.
Los equipos ya habían sido trasladados a 93 locales, para ser comercializados. Sin embargo, no tenían documentos que respaldaran su legalidad.
Los policías reconocen que, pese a los controles, hay comercios que ofrecen de forma clandestina la activación de celulares reportados como robados. “Si la gente continúa acudiendo a estos lugares, la cadena del delito no va a parar”, admite un investigador.
La Interpol ha analizado este fenómeno en la región. Los agentes señalan que hay cinco grandes grupos que operan en esta cadena criminal: el asaltante, el técnico que cambia el IMEI (número de identidad del celular), el comerciante que vende el equipo adulterado, el cliente y el sospechoso que ingresa al país sin pagar tributos por los dispositivos.
Agentes consultados por este Diario revelan que este negocio ilegal mueve millones de dólares. Un equipo que en una operadora del país cuesta USD 750, se puede comercializar clandestinamente por la mitad. Los grupos delictivos pagan hasta USD 75 al asaltante por un equipo de ese precio y entre USD 80 y 100 a la persona que lo reactiva. Los valores varían según la marca y modelo.
Agentes de Inteligencia refieren que los grupos delictivos también ‘exportan’ los equipos robados hacia Perú y Colombia, principalmente, cuando los técnicos no logran desbloquearlos. O incluso venden sus piezas a nivel local.
La Interpol señala que este negocio puede mover entre USD 280 000 y 1,2 millones diarios en América Latina.
En Quito, la Policía ha identificado 42 corredores donde se presenta aglomeración de personas y, por tanto, hay riesgo de posibles hurtos.
Un punto conflictivo es el Centro Histórico. Precisamente, en ese lugar Cristina sufrió el robo de su celular, hace 15 días. Salió con sus dos hijos, de 10 y 14 años, a hacer compras. Nunca sintió el hurto; solo se dio cuenta que no tenía el celular cuando ya iba de regreso a casa, en el bus.
Pero las investigaciones policiales también revelan que hay otros grupos que no operan en los sitios de concurrencia masiva, sino que se dedican a asaltar en la noche, en áreas poco iluminadas. Los sospechosos usan autos sin placas y armas de fuego. Estos casos se han reportado a través de denuncias y por la red de videovigilancia del ECU 911.
En el caso de los 14 sospechosos detenidos hace 15 días, por ejemplo, el Ministerio del Interior señaló, en un comunicado, que “la organización criminal tenía alto impacto delictual”. Y advirtió que el cabecilla del grupo y otras dos personas, aparentemente se dedicaban a asaltar con armas de fuego, a receptar objetos robados y a vender drogas.
El país ha activado al menos cuatro estrategias para contrarrestar el robo de celulares: se han creado unidades especializadas para combatir a las cachinerías, ahora se exige al usuario el registro del IMEI en las operadoras, se firmó un convenio entre Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia para bloquear los equipos que se hurten en esta región. Y la última fue en diciembre del 2016.
El Gobierno habilitó una página web que permite descubrir si un teléfono está reportado.
Tome en cuenta
– Mire si el equipo está reportado como robado en este sitio web . Solo debe ingresar el número de IMEI.
– No compre equipos de segunda mano sin sustento legal. Debe exigir la factura. La Policía recomienda desconfiar si el precio es bajo.
– Sea discreto. No exponga su teléfono en sitios concurridos. Es preferible guardar en bolsillos con cierre.
– Evite contestar llamadas en sitios sin iluminación o sin presencia policial. Puede ser víctima de arranchadores.
– No se exponga. Si usted es víctima del robo, no ponga resistencia. Pueden agredirlo o atacarlo con armas.
– La Policía recomienda manejar claves complejas para evitar su fácil desbloqueo. Reporte enseguida el robo.