Los policías de Manta recibirán atención psicológica. El objetivo: concederles un descanso tras el operativo que terminó con la muerte de tres personas en una balacera, entre un grupo de gendarmes y supuestos integrantes de la banda delictiva Los Choneros.Así lo informó ayer Ricardo Camacho, asesor en seguridad del Ministerio del Interior. A su juicio, la prioridad de esta Cartera de Estado es brindar atención a los informados que intervienen en operativos armados. Se trata de un requisito normal dentro de la Policía. “Mientras duran esas entrevistas con expertos en la materia, los gendarmes deberán entregar sus armas y realizar tareas administrativas al interior del comando”, manifestó Giovanni Ponce, jefe de la Policía Judicial de Manta.No existe un informe detallado sobre los hechos que provocaron la muerte del policía Jimmy Jimbo, en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), del sector La Aurora, al noreste de Manta. Tampoco hay datos de la muerte de los presuntos miembros de Los Choneros. Por otro lado, los familiares de William L.M. dijeron a la prensa que en la muerte de ellos hubo abuso policial. Javier M., hermano de William, dijo que varios uniformados llegaron, a las 02:00, a su domicilio en el barrio El Centenario, en Manta. “Ellos dispararon por más de 20 ocasiones contra nuestra vivienda, donde había un niño de tres meses”. Jacinto Panchana, el padre de otro de los fallecidos, dijo que denunciará ante la Fiscalía la muerte de su hijo.El jefe del Comando de la Policía en Manabí, Pedro Gallegos, sostuvo que si el poder judicial hubiese continuado con su trabajo en junio, cuando la Policía apresó a William L.M. con armas de fuego y no lo hubieran liberado, quizá los acontecimientos de la madrugada del viernes no habrían ocurrido.La ciudadanía en Manta está asustada. El pasado fin de semana, en las calles, centros nocturnos y sitios de venta de comida, hubo pocos usuarios. José Andrade, dependiente de un asadero de pollos, contó que la gente, al parecer, no salió debido a los sucesos del viernes anterior. En lo que va del año, en los cantones Manta, Montecristi y Jaramijó han sido asesinadas 47 personas. La Policía atribuye la mayoría de esas muertes a ajustes de cuentas entre bandas delincuenciales.