Dos desconocidos cubiertos sus rostros con pasamontañas dispararon contra Fausto Malo Heredia y lo asesinaron. El crimen ocurrió cerca de las 04:00 de ayer en su domicilio, ubicado en las inmediaciones de la parroquia Sayausí, al este de Cuenca.
Según familiares y policías, a esa hora, el empresario celebraba su cumpleaños con su hermano Daniel. Antes estuvieron en la casa de otra persona. De los primeros informes de Criminalística se supo que los armados entraron a la vivienda de Malo y descargaron las balas.
El fallecimiento se confirmó en una clínica particular a donde inicialmente fue llevado. Luego, el cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital Regional Vicente Corral Moscoso. Allí, los amigos estaban consternados por este hecho. Uno de ellos solo indicó que se conocían desde los cinco años de edad, cuando estuvieron en la Escuela Asunción.
Él dijo que Malo, quien tenía una concesionaria de compraventa de vehículos, nunca recibió amenazas ni tenía enemigos. “Nunca supimos nada, porque era un hombre tranquilo”.
Otros amigos también comentaban las hipótesis del crimen y la forma cómo los desconocidos ingresaron al domicilio.
Entre ellos había nerviosismo y no querían identificarse por posibles represalias. Al mediodía de ayer, el jefe de la Policía Judicial, Édison Tobar, quien desde hace tres días opera en la capital azuaya, entregó un informe preliminar del hecho. Según él, dos disparos impactaron en el corazón del empresario y le causaron la muerte. Agregó que en el cuerpo se hallaron dos orificios provocados por proyectiles de calibre 38 y en el domicilio se encontraron dos de calibre 22.
También señaló que el cerramiento de malla de la vivienda tenía un orificio por donde se presume ingresaron los hombres. Cerca de ese lugar se encontró tirada una abrillantadora de propiedad de Malo. Y las puertas de la casa estaban violentadas.
Informes de la Policía Judicial revelan que de enero a diciembre del año pasado, en Azuay se registraron 14 asesinatos, mientras que en el 2009 fueron 19.
Los vecinos de esta urbanización privada estaban consternados. Al mediodía, ellos trataban de consolar a la esposa de Malo.
“No se puede determinar este momento que se trate de un sicariato”, dijo Tobar. La investigación del caso está a cargo del fiscal de lo Penal, Bolívar Crespo.
Esta última hipótesis era comentada por los amigos del fallecido, quien también se desempeñaba como profesor de un colegio. Él estudió docencia en la Universidad Tecnológica Indoamérica, sin embargo, su faceta más conocida era la de empresario y dirigente gremial.
La tarde de ayer, la Cámara de Comercio emitió un comunicado sobre este caso. En el documento exigieron a las autoridades nacionales, en especial al ministro de Interior, Alfredo Vera, más seguridad. Dijeron que el 5 de enero, Malo se reunió con Vera para pedir por la seguridad de comerciantes y ciudadanía.
En las redes sociales como Facebook también había consternación por el hecho y por la violencia en la ciudad. Para el ex director del Consejo de Seguridad Ciudadana de Cuenca, Felipe Camacho, este hecho confirma que la urbe dejó de ser tranquila. “La violencia civil y los homicidios han aumentado”.
El año pasado se registraron asaltos bancarios, ajusticiamientos, tiroteos y muertes vinculadas a la delincuencia. Estos hechos abrieron la posibilidad de que se militarice la ciudad.
En agosto, incluso el entonces ministros del Interior, Gustavo Jalkh; de Justicia, José Serrano; el fiscal, Washington Pesántez; y el ahora ex comandante general de la Policía, Freddy Martínez, se reunieron con los 15 alcaldes azuayos. Pese a ello, los hechos violentos continúan. El martes pasado se registró otro crimen.
Un hombre que iba en una moto asesinó con tres tiros al orense Jhordy C., de 17 años.