Hoja de vida.
¿Por qué está aquí? Eduardo Jarrín es doctor en Jurisprudencia, expositor, catedrático e investigador de temas de seguridad ciudadana.
Su punto de vista. No se puede determinar que un asesinato es sicariato hasta que un proceso judicial dictamine que hubo un pago por el crimen. Considera que hay que debatir el endurecimiento de penas.
¿Por qué la gente en el país ha comenzado a relacionar los asesinatos con sicariato?
Primero hay que hablar de la parte psicológica de las personas. La mayoría de ciudadanos cree que este fenómeno delictivo es nuevo, cuando no es así.
¿A qué se refiere?
En el Ecuador, el sicariato ha aparecido hace muchos años. Hay que recordar, por ejemplo, el atentado contra el candidato presidencial Abdón Calderón, en 1978. Y luego el sicariato se lo relacionó con la migración desde Colombia. Se cree que el templo del sicariato es Colombia, cuando no es así. En el país vecino se dio un auge (de ese delito), después de la época de los años 80 y 90, con el fenómeno del narcotráfico. En la época de Pablo Escobar, los carteles se desangraron. Ahí es cuando aparece y empezamos a conocerlo en el país.
¿Y qué pasa en la región?
En Latinoamérica hay un índice altísimo de crecimiento. En Chile, que tiene una economía creciente, tiene este problema. (Así como) Perú, Bolivia y Venezuela. Es un fenómeno mundial.
¿Pero por qué se da esta asociación inmediata asesinato-sicariato?
Debemos analizar lo jurídico. Encontramos que el homicidio o asesinato está tipificado en el artículo 404 del Código Penal ecuatoriano y con el Código Penal Integral se trata de cambiar esta figura. Y hablamos de asesinato agravado como el que se produjere por precio o por prebenda. Ahí entra la figura del sicariato. En una conferencia en la Policía Judicial, cuando se hacían análisis de los índices de criminalidad en el Ecuador encontramos que (los asesinatos) no necesariamente estaban asociados con el precio.
Entonces, el pago por el crimen es la principal característica del sicariato…
Para que sea sicariato tiene que haber como objeto principal del delito el pago de una prebenda. Por ejemplo, si el esposo mata a su pareja por una infidelidad no estamos hablando de sicariato. Lo que no podemos desmerecer es el índice desmesurado del crecimiento de la delincuencia, pero eso es otra cosa.
¿Entonces no todo asesinato es sicariato?
No todo tiene que ver con sicariato. Además, para hablar de esto es necesario tener estadísticas de la Policía. Generalmente cuando se produce sicariato, no se encuentra de inmediato al agresor.
¿Cómo se puede determinar que fue sicariato?
Es difícil. Deberíamos tener una persona privada de su libertad con un proceso que haya determinado que hubo sicariato. De lo contrario, estamos contra el principio de la presunción de inocencia. Muchas personas aparecen muertas porque se golpearon, se cayeron o tuvieron riñas y los familiares denuncian que las mataron y lo atribuyen al sicariato, cuando el crimen puede corresponder a otro móvil.
Entonces no se puede determinar que un delito es sicariato hasta que haya un debido proceso…
Exacto. Hasta que no exista un pronunciamiento jurídico final, sino son solo especulaciones.
La conclusión no debe ser apresurada en los crímenes violentos…
Hay que tomarlo con seriedad y responsabilidad. Y colaborar con las personas que están encargadas de brindarnos seguridad.
Ahora cada vez que hay un hecho violento que conmociona a una población, el Gobierno acude al lugar, hace operativos y equipa a la Policía. En Manta, el ministro del Interior, José Serrano, entregó un helicóptero, 130 motos y equipos de comunicaciones. ¿Cómo analiza esta reacción del Régimen?
Cada vez que existe un crimen de connotación, automáticamente toda la sociedad pierde. No es cuestión de la ciudadanía o del Estado solamente. Las políticas deben ir mancomunadamente con una serie de estamentos, como el Ministerio de Educación, la Policía, los DD.HH., etc.
¿Pero de parte de las autoridades se ven más medidas de reacción, antes que un plan?
Conozco, por los medios, que (el Gobierno) está trabajando en políticas. La política tiene que cumplirse en un determinado tiempo. Lo ideal sería que el Estado difunda cuáles son sus estrategias (sobre seguridad). Los mensajes publicitarios de Los Más Buscados están bien, pero también se podrían poner propagandas con consejos para evitar robos. Las empresas de seguridad deberían hacer controles de los horarios en los que transportan dinero o saber si la capacitación de los guardias es la idónea.
Esos controles se iniciaron desde los asaltos en los centros comerciales. Insisto, parecen medidas de reacción…
Claro. No debería haber una política de reacción sino de prevención. Primero esperamos que nos pase para luego hacerlo. Primero le roban su casa y luego pone los sistemas de alarmas. Lo mismo pasa con las compañías de seguridad de los bancos, después de los robos recién empezaron a incrementar los bloqueadores de celulares dentro de las agencias, cuando era obligatorio.
¿Por qué no se han dado estas políticas de prevención?
Cuestión de idiosincrasia. Esperamos que nos pase para luego reaccionar. Vemos que la delincuencia en los últimos 10 años empezó a despegar y en los últimos dos y tres años ha tenido un crecimiento prácticamente incontrolable. Ahora se está tratando de mejorar la legislación penal. Pero, ¿será suficiente para que baje la delincuencia? ¿Incrementar las penas será suficiente?
¿Es suficiente?
Yo me apego a la corriente de educación. Si vemos otros modelos, nos damos cuenta que con endurecer las penas no mejora mucho (la seguridad). Si endurecemos las penas con más gente dentro de los sistemas de rehabilitación, ¿habrá una verdadera rehabilitación? En muchos casos salen libres y vuelven a delinquir, porque son vulnerables. Hay que educarles desde niños.
¿Políticas centradas en las nuevas generaciones?
En las nuevas generaciones, en el problema que tenemos ahora para bajar el índice.