Entrevista a Bertha García Gallegos, catedrática e investigadora de la PUCE.
Tras el operativo colombiano en el que murió el jefe militar de las FARC, ‘Mono Jojoy’, Ecuador recibió felicitaciones por su colaboración. ¿Eso significa que el país se convierte en el esperado yunque a favor del martilleo que hace Colombia sobre las FARC?
fakeFCKRemoveNo creo que sea una lectura apropiada. De por medio están las fronteras de Estados y estas tienen que ser resguardadas por los militares. Se supone que ningún elemento estatal o no que esté armado puede pasar las fronteras de un Estado. La línea fronteriza es un muro que debe reforzarse con el despliegue de militares como ocurre ahora con, al menos, 8 000 uniformados.
Pero antes no se hizo con tanto despliegue, sino ahora tras una serie de incidentes.
La frontera con Colombia ha sido muy difícil y los ciudadanos no hemos tenido noticias de cómo se la ha resguardado, sino hasta ahora. Antes el asunto de defensa quedaba en manos de las Fuerzas Armadas. Pero hoy es imposible por la presión. Al menos después de lo que pasó en Angostura, el 1 de marzo del 2008, los ojos están en la frontera y no deben repetirse esos hechos.
Usted dice que quizá antes ya estuvo reforzada la frontera, entonces ¿cómo explicar lo ocurrido en Angostura?
Se trata de un suceso muy fuerte que obliga a estar más pendientes y a reforzar los controles. Es imperdonable que vuelva pasar cualquier error anterior. Por eso la frontera debe estar cuidada por medios humanos y tecnológicos, que peinen la frontera.
¿Se puede considerar que hay un giro en la relación Ecuador-Colombia?
No debemos tener enemistades con Colombia por sus asuntos internos. Todo Estado debe trabajar en el marco geográfico, regional y subregional que le toca. Tiene que estar preparado y las relaciones diplomáticas deben ser lo más amplias posibles. También reaccionar no solo en el momento que pasa algo, sino prever una línea de relacionamiento previsible y no que cambie por las circunstancias. Si ocurre eso es porque no se tiene una política exterior suficientemente madura.
¿Y lo de ahora no resulta circunstancial?
Para eso están los análisis estratégicos, para prever lo que puede ocurrir en cualquier momento. Por eso se estudian bien las relaciones fronterizas desde antes y con proyecciones a futuro para tener respuestas previsibles y oportunas. Un Estado no puede reaccionar sobre la marcha, sino a partir de una política sólida.
¿Lo de Ecuador acaso no es allanarse a las pretensiones de Colombia y Estados Unidos para considerar a las FARC como ‘narcoguerrilla’?
Un Estado puede denominar como quiera a las fuerzas regulares e irregulares. Ahora para saber cómo denominar a las fuerzas insurgentes de un Estado vecino es necesario tener un política al respecto y eso no significa allanarse,
Pero Ecuador antes no reconocía a las FARC como combatientes.
En toda América Latina no se las reconoce como tal. Igual no estaría bien que Ecuador lo haga si el Estado colombiano tampoco lo hace. La Unasur es un buen espacio para consolidar una posición conjunta frente a las FARC. A veces nos enredamos por consideraciones ideológicas y no es la orientación correcta de una política exterior.
¿No resulta extraño que el Pentágono rinda honores a Ecuador por esta colaboración y casi a la par el canciller Ricardo Patiño ratifique acuerdos políticos y económicos con Irán?
Sí, eso ocurre en el momento actual. Estamos en la globalización y los Estados van recomponiendo sus relaciones estratégicas. Los estados deben definir su política en función de sus intereses, pero con frontalidad y con transparencia.
¿Conviene a Ecuador una política de acercamiento militar con Colombia?
Somos vecinos y no podemos pasar a otro lugar geográfico. Por eso debemos tener las mejores relaciones con los vecinos, en función de mantener la paz. Eso sí, a partir de respetar la Constitución, por ejemplo en lo de soberanía.
¿La actitud de Ecuador acaso es una condescendencia con Colombia por la entrega de las computadoras con la información que guardaba Raúl Reyes?
Puede ser, pero no es así. Las relaciones entre Estados no tiene por qué ser condescendencia ni subordinación. Eso sería atentar contra la soberanía. Tiene que ser un intercambio de elementos que interesa a los dos países.
¿No hay el riesgo de una vendeta desde las FARC hacia Ecuador?
No creo porque lo único que hace es guardar su frontera. Y si es que hay peligro de vendeta tiene que estar previsto también en la política de defensa.
¿También sería desistir a los reclamos por los daños a la salud y al medioambiente por las fumigaciones con glifosato en la frontera?
No necesariamente, porque es un derecho de Ecuador. Tiene que hacerse un buen análisis de lo que ocurre y retomarlos en el plano jurídico.
En todo caso, ¿está cada país bien encarrilado hacia mejorar sus relaciones?
Han mejorado en relación con otros momentos. Incluso a escala regional ya no hay confrontaciones por asuntos de la FARC.