En el archivo hay cientos de historias escritas desde octubre de 1998, año en que la mirada de los periodistas pasó de la frontera sur a la del norte. Foto: Archivo EL COMERCIO
La frontera colombo-ecuatoriana ha sido un amplio territorio de encuentros y desencuentros físicos, sociales, económicos y políticos, que no han pasado desapercibidos para el lente y la mirada de los periodistas de EL COMERCIO por al menos dos décadas.
Esta zona de 586 km, matizada en mayor o menor medida por la violencia y la ilegalidad, pero también para este Diario, ha sido el escenario para retratar y contar más de 1 000 historias periodísticas y desde hace cuatro semanas se convirtió en el espacio donde fueron silenciadas tres vidas; aún no se han podido recuperar sus cuerpos.
El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra salieron de Quito a la frontera al mediodía del 25 de marzo del 2018.
Javier Ortega había hecho 11 coberturas en la zona desde el 2013; para él, este era su tercer viaje en este año, igual que para Paúl Rivas. Efraín Segarra había transportado seis veces a los periodistas desde 2015; este era su segundo viaje en el año.
Los tres fueron a una cobertura más de las incontables que el periódico ha acostumbrado a realizar en el norte del país.
La última serie de reportajes empezó el mismo 27 de enero del 2018, cuando los habitantes de San Lorenzo observaron perplejos los destrozos del coche bomba que estalló pocas horas antes frente al destacamento policial de esa ciudad, en el norte de Esmeraldas. Desde entonces, este Diario hizo 14 desplazamientos periodísticos a la zona.
Más allá de la coyuntura (hasta entonces se contabilizaban siete atentados terroristas, tres militares muertos y uno gravemente herido que falleció días después, destrozos y desplazamientos), el objetivo siempre ha sido ahondar en los hechos. Se publicaron amplios reportajes sobre cómo el frente Óliver Sinisterra controlaba las actividades alrededor del narcotráfico en la frontera, con las Guerrillas Unidas del Pacífico y el Clan del Golfo.
En la zona también se profundizó en cómo los ex-FARC y otros grupos armados lavan dinero detrás de la minería ilegal; trafican armas a través de ríos y carreteras abiertas y habilitan pistas ilegales de aterrizaje en apenas un día en Esmeraldas, Manabí y Santa Elena.
Estas historias hoy son parte del archivo de EL COMERCIO, el cual guarda cientos de páginas escritas por reporteros y editores sobre el tema. Ellos se han visto abocados a entender la cambiante dinámica de los territorios que separan las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos, de los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo.
El Diario ha hecho reportería en todas las poblaciones en línea de frontera, empezando por la extremeña isla Palma Real, la primera aldea de Ecuador en el Pacífico norte, junto a ese brazo de mar que es la desembocadura del Mataje, que separa a Ecuador de Colombia. Al transitar en lanchas o canoas desde San Lorenzo, hombres y mujeres saludan desde el manglar.
En Carchi, el único acceso motorizado a Tobar Donoso es por helicóptero. Los lugareños se conectan a diario con Colombia, consumen vestimenta de ese país, igual que sus medios de comunicación y hasta su cerveza. En El Chical, Tufiño y El Carmelo, todo transcurre matizado por la vida del cuartel (hay un puesto del Ejército en cada una, como en Tobar Donoso).
Los viajes a Sucumbíos, hasta Barranca Bermeja, General Farfán, Puerto Mestanza, Puerto Nuevo y Puerto El Carmen, mostraron las dificultades de ecuatorianos para sobrevivir con actividades lícitas como la agricultura. Sobre todo al tratarse de una línea de frontera marcada por la violencia del conflicto armado y los cultivos ilícitos de hoja de coca, al otro extremo del correntoso río San Miguel.
Al menos 300 notas se han publicado sobre los llamados Plan Colombia y Plan Ecuador. El primero se extendió más de 15 años para debilitar a las FARC y eliminar los cultivos de coca, pero tuvo consecuencias negativas como la aspersión de glifosato, que impactó en la salud de las poblaciones ecuatorianas y motivó a Ecuador a exigir su suspensión.
Por el otro lado, el Plan Ecuador buscó impulsar la economía y el desarrollo social de un millón de personas de tres provincias fronterizas, pero los resultados no convencían ni al expresidente Rafael Correa.
En las publicaciones se destaca también el seguimiento al control militar y policial, el drama del éxodo de colombianos que se incrementó con el paso del tiempo y que ha significado más de 200 000 personas en busca del estatus de refugiado.
Un hecho que demandó cobertura inmediata y que marcó un cambio en la zona fronteriza fue el bombardeo de Angostura, en marzo del 2008. Ahí, fuerzas militares colombianas invadieron territorio ecuatoriano y mataron a alias ‘Raúl Reyes’, líder de las FARC.
Otra arista en constante monitoreo ha sido la confiscación de sustancias ilícitas antes y después de la instalación de la Base de Manta, la cual estuvo en el país desde 1999 hasta 2009. En ese año salió por decisión del gobierno de Correa.
El contrabando de gasolina, precursores químicos, explosivos y vituallas a Colombia también ha estado en el radar, ya sea por los constantes operativos o nuevos pasos ilegales. La presencia de subversivos y traficantes en lado ecuatoriano, para curarse y descansar, ha sido otro eje de cobertura.
Pero también se han ganado espacio casos sonados como Huracán de la frontera o Resurgir, en que se han desmantelado laboratorios de procesamiento y acopio de drogas.
La información producida estos años ha sido, además, recogida como parte de los estudios de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, dentro de un gran proyecto sobre las actividades en las fronteras de ocho países del continente y que se ha plasmado en una docena de publicaciones. El libro de Ecuador saldrá a la luz en un par de meses.
La cobertura de EL COMERCIO en la franja fronteriza seguirá, no solo como un homenaje al buen periodismo que hicieron ahí nuestros colegas, sino sobre todo por la obligación de develar realidades que la sociedad debe conocer, con mucha mayor razón ahora.
Fernando Carrión: ‘Han trabajado en el terreno’
Académico e investigador
Es una cobertura muy interesante porque no solo que ha funcionado con la información oficial sino que han trabajado en el terreno, incluso, en este último caso que tuvo un desenlace fatal. En general, el Diario ha sido muy diversificado: ha tenido versiones de Colombia, me parece que ha habido ahí un acierto, han tenido opinión de militares, de la población civil, de la parte oficial. En otras palabras, ha tenido una pluralidad de interpretaciones.
Ricardo Camacho: ‘Ha sido fuente de consulta’
Analista de seguridad
Como analista, periodista y académico, EL COMERCIO siempre ha sido una fuente de consulta, como en el proceso de paz, el posconflicto. Hoy, que no nos digan que en El Pan no hay servicios básicos, señal de TV sino que escuchan radio ‘Guacho’, cuando eso ya lo ha venido diciendo el Diario. Es decir, el abandono fronterizo en Mataje, en la ribera de San Lorenzo, no es de ahora. El Diario nos ha dado una radiografía de lo que ocurre.