Las drogas sin ruido político

Si Antinarcóticos seguía a la avioneta hallada en un hangar de Santa Elena, ¿por qué no hay detenidos? Esa duda es insumo para que el país mire cómo van y vienen acusaciones encendidas. Que hubo irresponsabilidad en divulgar información reservada. Que hubo negligencia en la fallida captura.

Por lo primero, ya tiene tarea la Fiscalía. Por lo otro, una pregunta: ¿es lo mismo detener a extranjeros que ingresan al país por un lugar no autorizado, que aprehender a personas con droga? Sutil pero marcada diferencia, entre lo migratorio -a lo sumo aeronáutico- y el traslado de drogas. Así, parece cobrar sentido el seguimiento a la avioneta.

Ecuador no es México. Pero los traficantes ganan terreno. En Quito, el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana identificó venta de drogas en 51 barrios. Más grave: ya es un tema que toca a la percepción ciudadana.

En el 2010, nueve de cada 10 personas consideraban al expendio de narcóticos la causa de inseguridad en La Mariscal. Seis de cada 10 estimaban a ese el motivo de la violencia en la ciudad.

Ecuador es puente de la coca de Perú y Colombia hacia el Pacífico. Pero lo revelado por Gustavo Iturralde, antes de que dejara la dirección del organismo responsable del control del lavado en Ecuador, es escalofriante: los carteles ya no pagan al traficante local solo con dinero, sino con droga para el mercado interno.

1,6 toneladas de droga para la comercialización en Quito fueron decomisadas desde enero en la ciudad, 60% más de lo hallado en igual período del 2011. El robo a personas subió 18% en la urbe, de 4 017 hechos de enero a abril del 2011 a 4 742 en el 2012.

Entonces, inquieta que detrás del atril y de los flashes de los discursos nadie mire lo de fondo -que trasciende a radares-, la urgencia de una política pública para dar frente al consumo de drogas en casa.

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