La droga también se vende a domicilio

En  el Comité del Pueblo.   Según un estudio,  desde este sector se distribuyen  drogas  a otros barrios.

En el Comité del Pueblo. Según un estudio, desde este sector se distribuyen drogas a otros barrios.

El auto azul llegó por la noche y se estacionó frente a una casa en el norte de Quito. Cuando se apagó el motor, la luz de una habitación del segundo piso se encendió.

Jorge T. abrió la puerta y saludó con el conductor del vehículo. Él estaba acompañado de una mujer y un bebé. “Yo tenía mi vendedor (de drogas) de confianza. Lo llamaba al celular y me entregaba lo que yo quería y a cualquier hora o sitio”, relata.

El chofer del auto sacó dos paquetes de droga del pañal que llevaba puesto el niño. Jorge le dio USD 4 y la pareja se fue de ese lugar. Eran las 23:45.

El estudio de Microtráfico y Criminalidad en Quito, que desde febrero levanta Diego Cando, investigador asociado a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), identifica a la venta de alcaloides a domicilio como una de las 10 formas de expendio al menudeo en Quito.

La comercialización se realiza a domicilio y desde viviendas, precisa el documento. En la primera modalidad, el consumidor puede contactarse (con los expendedores) a través de una llamada teléfonica o por Internet.

Así pactan el precio y conocen la calidad de narcóticos que van a adquirir. Luego, el vendedor se acerca a la casa del consumidor.

El Plan de Prevención Integral de Drogas 2011- 2013 del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep), también identifica a la Internet como una de las vías para conseguir marihuana.

El reporte de ese organismo refiere que un 0,6% de consumidores ha adquirido ese tipo de droga a través de ofertas en sitios web.

Un 7,1% la obtiene en fiestas o discotecas, mientras que un 4,4% la consiguió en barrios, un 2,6% en el colegio y un 0,4% en casas.

Los consumidores incluso tienen claves para golpear puertas o ventanas en sitios en donde se venden estupefacientes.

Agentes de la Policía indican que esta modalidad de expendio se lleva a cabo desde pequeños locales comerciales como tiendas, abarrotes o licorerías.

En estos casos, “sus dueños conocen a los consumidores. Si llega un desconocido, no le entregan los narcóticos”, señala Cando.

Las formas para vender la droga se han modificado. Antes se comercializaba a través de un hombre que se ubicaba en un sitio y guardaba los alcaloides en lugares estratégicos (casa, parques, árboles, arbustos).

Según el informe de Flacso, cerca del 80% de vendedores de narcóticos son embarazadas.

Una prueba de aquello fue el operativo realizado la noche del 16 de septiembre del 2011 en La Michelena, sur de Quito.

La Policía detuvo a una mujer que llevaba a un bebé en brazos.

“Al revisar sus pertenencias encontraron que en uno de los pañales se escondían pequeñas fundas plásticas con un polvo blanco”, informó el Ministerio del Interior.

Las nuevas formas de comercialización de narcóticos se registran a la par de un crecimiento acelerado en el consumo. La Policía Antinarcóticos registró el año pasado el decomiso de 6,1 toneladas de droga para el consumo interno; mientras que solo de enero a julio del 2012 se ha incautado 7,4 toneladas (ver cuadro).

En Quito, la Policía identificó al menos 76 sectores donde se ofrecen drogas. Las autoridades admiten que el microtráfico genera otra clase de delitos.

Las rutas de ingreso

Desde abajo de la escalinata de tierra rodeada de basura, en el Comité del Pueblo, dos hombres sacan la cabeza de una pared y se retiran de allí. Luego ingresan en una casa frente a una quebrada.

25 metros más arriba de esa vivienda, personas comentan sobre la venta de droga allí. “Vienen estudiantes de colegios, quienes llevan puestos sus uniformes y compran narcóticos cuando salen de clases”, relata un hombre.

Según la investigación de la Flacso, el Comité del Pueblo forma parte de uno de los circuitos internos de distribución de droga para otros barrios de Quito.

En el norte de la ciudad, los investigadores identificaron tres sectores críticos: Carapungo, La Bota y el Comité del Pueblo.

Estos lugares también están identificados como zonas de expendio de estupefacientes.

La investigación de la Flacso revela que hasta 1 gramo de marihuana cuesta USD 1. Igual valor tiene 0,6 gramos de pasta base.

La heroína es la que más cuesta: entre USD 15 y USD 25 cada dosis de consumo personal.

La Policía Antinarcóticos ha identificado dos rutas para transportar alcaloides a la capital. Una de ellas es Lago Agrio (Sucumbíos), la Y de Baeza (Napo), Papallacta (Pichincha) y Quito.

Otra es el Coca (Orellana), atraviesan el kilómetro 24 y Tena.

Luego se trasladan al Puyo y finaliza en Ambato, desde donde pueden irse a la capital. A estas se suman rutas de segundo orden como la antigua vía a Chiriboga.

Hallazgos en correos

Un informe de la Policía Antinarcóticos señala que en Pichincha, las mayores  incautaciones se producen previas operaciones de Inteligencia, otras en Correos y en aeropuertos.   

Solamente entre el 29 de  marzo y el 4 de abril, los agentes  montaron 19 operativos en la provincia y detuvieron a 23 adultos y aislaron a  dos adolescentes.   

Los sectores donde se produjeron los arrestos fueron en la Tola,  Kennedy, San Roque, El Ejido, Centro Histórico, La Ofelia, La Magdalena, Tumbaco, etc.

El estudio de la Flacso sobre microtráfico que se levantó  en Quito se presentará oficialmente en uno o dos meses.

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