La droga estaba camuflada en 73 botellas plásticas pequeñas. El cargamento salió de Sucumbíos y tenía que llegar a Guayaquil. Era trasladado en una camioneta, pero agentes de la Policía Antinarcóticos que operan en Baeza (Napo) detuvieron a dos hombres que se movilizaban en el vehículo.
Los gendarmes descubrieron que para esconder la base de cocaína, los narcos dividieron en dos el tanque de combustible del automotor. En un compartimento estaba gasolina y en el otro droga. En lo que va de este año, solo en ese sector, donde se halla una base del Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (Gema), cuerpo élite de la Policía, se han registrado más de 10 casos, mientras que en el 2009 apenas hubo uno.
Agentes encubiertos revelan que en todos los casos descubiertos en Baeza el cargamento salía de Sucumbíos, sector fronterizo con Colombia. Precisamente en la zona conocida como Puerto Rodríguez, en esa provincia, el viernes 1 las Fuerzas Armadas encontraron la plantación más grande de coca en los últimos tres años: 5 000 matas estaban sembradas en dos hectáreas de tierra.
El investigador en temas de seguridad, Eduardo Jarrín, dice que esta es una guerra endosada al país por la guerrilla y los narcos.
Por el norte, agentes del Gema identifican a Sucumbíos, San Lorenzo (Esmeraldas) y Carchi como zonas importantes en donde se acopian los alcaloides.
La ruta que comienza en Sucumbíos termina en Guayaquil y desde allí los narcos usan vías marítimas para traficar a Europa y a Estados Unidos. Igual ocurre cuando las operaciones ilícitas comienzan en el Carchi.
Esa era precisamente la ruta que el 13 de marzo debían cubrir los hombres que llevaban 32 786 gramos de narcóticos en botellas. “Uno de ellos, al ser detenido, intentó quitarse la vida. Por eso tuvimos que retirarle todo”, cuenta un policía antinarcóticos.
No es el único caso. A inicios de este año, en Baeza, los gendarmes descubrieron a tres menores que llevaban base de coca adherida a sus cuerpos. Los niños cruzaron a pie el puesto fijo del Gema y sus padres esperaban en los buses que estaban detrás. El destino de esta carga era Guayaquil.
Cuando las operaciones se asientan en San Lorenzo, las mafias usan las aguas de Esmeraldas.
Por ello, en julio del 2010, en ese sector incluso se halló un sumergible de 40 metros de largo por tres de diámetro, que estaba destinado a transportar productos ilícitos al exterior.
Un informe de Antinarcóticos señala que desde el 2005, en estas tres provincias se han registrado decomisos fuertes. En Sucumbíos, por ejemplo, en el 2009 se aprehendieron 585,42 kilos de drogas, mientras que el año pasado fueron 70,73. En Esmeraldas, en cambio, en el 2009 se incautaron de 10 541,7 kilos. En el Carchi, el año pasado se encontraron 524,29 kilos (ver cuadro).
Gendarmes que operan en el Gema revelan que el tráfico se ha intensificado en los últimos meses. El coronel Arturo Coral, jefe de Estado Mayor de la Brigada de Selva 19 Napo, que también cubre Sucumbíos, atribuye este hecho a una frontera permeable: “solo cruzando el río ya estamos al otro lado”. Con base en ello, Rolando Jácome, jefe de la Policía Antinarcóticos de Sucumbíos, dice que las organizaciones narcodelictivas utilizan los cruces ilegales para pasar y enviar estupefacientes. Cuando el cargamento parte desde Sucumbíos la ruta que utilizan los narcos es por Santo Domingo de los Tsáchilas, en donde el 2009 la Policía incautó de 1,6 toneladas de droga.
El año pasado, agentes del Gema desmantelaron tres laboratorios de procesamiento. Uno de ellos precisamente estaba ubicado en la vía Quito-Santo Domingo. Fotografías a las que accedió este Diario demuestran que en el lugar se hallaron 12 radios de comunicación portátiles, camas tipo literas hechas de madera, clorhidrato de calcio, gasolina, acetato de etilo, materiales para embalar, moldes, etiquetas y un polvo de color blanco. En el área denominado de secado, los narcos operaban con seis microondas.
Según la Dirección Nacional Antinarcóticos, en el 2010 se destruyeron cinco de estos centros de procesamiento de droga que comenzaron a funcionar en el país.
Investigadores de la Policía señalan que desde esas covachas levantadas en la frontera entre Ecuador y Colombia se prepara el alcaloide incluso para abastecer al mercado local. “Los laboratorios se están instalando en el país, porque aquí es más fácil obtener los precursores químicos. En el momento en que las organizaciones narcodelictivas traen la pasta base, refinan y procesan aquí, están ganando dinero. No están moviendo el cargamento a ningún lado”, dice un agente de la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (ULCO).
En el laboratorio que soldados ecuatorianos hallaron el pasado viernes en Puerto Rodríguez (Sucumbíos), a tres kilómetros de la línea fronteriza con Colombia, se encontró un listado con nombres y cantidad de narcóticos. Allí se leía: “Ahudesio 20 kilos, Chiqui 7 kilos, Yupi 8 kilos”. Según los investigadores, eso es una muestra de la cantidad de productos que salía desde ese lugar.
En la última reunión que el pasado martes tuvieron en Quito, los viceministros de Defensa de Ecuador y Colombia identificaron que el narcotráfico es precisamente una amenaza en la frontera común. Otros riesgos que soporta la zona son la migración ilegal, tráfico de explosivos, enrolamiento de niños en grupos criminales y el lavado de activos.