El olor a pescado es intenso en la esquina de un mercado de Quito. Un conductor parquea su camioneta gris en una calle esquinera, junto a cinco jóvenes que visten jeans anchos, chompas deportivas y gorras.
Son las 10:00. El cielo está nublado y llovizna. Las vendedoras visten ponchos y delantales. El dueño del vehículo se acerca a los jóvenes. Uno de ellos lleva en la boca una envoltura con una sustancia blanca.
Este lugar, según la Policía, es uno de los “mayores puntos de expendio de droga al menudeo en Quito”. Datos de Inteligencia y videos captados por agentes muestran que allí se comercializan narcóticos “al por mayor” a estudiantes y adultos. “Actúan dentro de la lógica de un mercado, es decir, los consumidores adquieren narcóticos en mayor cantidad a menor precio. Ellos vienen todos los días. También se acercan mayores de edad”, relata un uniformado.
Las investigaciones policiales precisan que con USD 10 se puede conseguir una ‘bola’ con 15 ó 20 dosis (tamugas) de alcaloides. En las filmaciones realizadas por la Policía se observa que alumnos llegan a esa zona para adquirir los estupefacientes.
Los uniformados comprobaron que los microvendedores se camuflan entre comerciantes, menores de edad, mujeres, adultos mayores y personas que visitan el mercado.
El informe denominado ‘Consumo de drogas en las Américas’, dirigido por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad), señala que en el 4,2% de estudiantes secundarios del país hay prevalencia del consumo de marihuana. En lo que respecta a la cocaína, el reporte refiere que es del 1,5%.
El estudio de Microtráfico y Criminalidad en Quito, que desde febrero levanta Diego Cando, investigador asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), identifica tres puntos de la frontera norte por donde ingresa la droga: San Lorenzo (Esmeraldas), Tulcán (Carchi) y el puente que cruza el río San Miguel con dirección a Nueva Loja (Sucumbíos).
Una vez que los narcóticos entran al país, las redes utilizan ciudades como Ibarra (Imbabura) y Cayambe (Pichincha) para almacenarlos y despistar los controles policiales, precisa el informe. Cando señala que los narcóticos siempre son ingresados a través de vehículos.
Como ejemplo de aquello, agentes de Inteligencia citan el decomiso de 20 kilos de clorhidrato de cocaína que la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (ULCO) detectó en la vía San Lorenzo-Calderón el 23 de octubre último. Los estupefacientes estaban camuflados en 11 paquetes mezclados con conchas (moluscos). En la Policía no se descarta que ese cargamento iba al microtráfico en la ciudad.
En el mercado de Quito, los cinco jóvenes permanecen en grupo. No se separan. Se cuidan. Miran con cautela a sus alrededores. Un hombre de unos 30 años se acerca a ellos y porta una bolsa con una sustancia verde.
En otro video captado por la Policía, el mismo hombre le entrega un sobre a otras personas. “Si observamos la imagen nos percatamos de que ellos guardan los narcóticos en la boca”, precisa un agente. También los ocultan dentro de su ropa interior.
Los datos de la Dirección Nacional Antinarcóticos revelan que, a escala nacional, se han decomisado 7 436 kilos de droga destinados al microtráfico en las ciudades del país. De esa cantidad, 6 912 eran marihuana, 511,38 corresponden a pasta básica de cocaína y 9,32 a clorhidrato de cocaína. Uniformados de Inteligencia señalan que una parte de esos estupefacientes iba a ser destinada a menores de edad.
Cuando llegan a la ciudad, las drogas son distribuidas a través de redes delictivas. Una fue desarticulada el 22 de octubre pasado en el sur de Quito. Los investigadores identificaron un vehículo “en el que presumiblemente se realizaba la entrega de sustancias ilícitas en varios centros del sector”. Lo encontraron mientras circulaba por la Michelena y se halló a dos menores de edad en compañía de un adulto.
Se incautó una mochila de nailon, en cuyo interior -según la Policía- estaba un paquete con marihuana (449 gramos).
En el 2011, la Policía detuvo a 3 306 adultos por tenencia de droga y aisló a 356 menores de edad. De enero a julio de este año hubo 1 914 arrestados y 91 menores retenidos (ver cuadro).
Luego de que un joven compra la droga, otros cinco que siguen en grupo en el mercado le piden que se retire. Son desafiantes. Mientras camina por una de las calles del centro de Quito, un hombre que llevaba la barba sucia y que vestía ropa roída se le acerca. Le pide que le entregue una parte de los narcóticos que adquirió. Él se niega a hacerlo y el indigente lo insulta. Al final, los dos se confunden entre la gente.
Las estadísticas
Según el Observatorio Nacional de Drogas, en agosto se decomisaron 1 788 kilos de drogas.
En Guayas se registró un 68% de detenidos por tráfico de narcóticos en agosto. En Pichincha se reportó un 51% de arrestados por tenencia.
En lo que respecta a menores de edad aislados por tráfico y tenencia, un 38% se registró en Guayas y un 15% en Pichincha.