Más de 30 denuncias por robo a mano armada fueron reportadas hasta ayer al mediodía en la Fiscalía que opera junto a la PJ.
Esmeralda C. denunció que luego de salir de la iglesia junto con su esposo y 2 hijos menores de edad, en el suburbio de Guayaquil, un auto frenó bruscamente cerca de ellos.
Un hombre descendió del vehículo y, tras apuntarles, les quitaron sus pertenencias. Luego huyó en el automotor. El hecho se registró el pasado lunes, cerca de las 21:00.
Ese día, pero más temprano, a las 10:00, Washington G. fue asaltado de una forma similar en el sur de la urbe porteña. También salía de la iglesia, cuando dos hombres descendieron de un auto y, tras apuntarle y golpearle, se le llevaron su billetera con documentos.
“La delincuencia hay en cualquier fecha”, lamentó ayer, mientras esperaba su turno para presentar la denuncia en la Fiscalía.
Los otros delitos se registraron bajo circunstancias parecidas, en diferentes sectores de la urbe, en horarios distintos. Ayer, Jairo C. y su primo Henry L. fueron interceptados por cuatro hombres, mientras caminaban cerca de su domicilio, en el noroeste de Guayaquil.
El robo sucedió a las 06:15, según consta en la denuncia. Un teléfono celular, documentos y una tarjeta de débito fueron sustraídos.
Quince minutos después de ese hecho, David S. llegó a su casa, en el norte, y encontró la puerta forzada. Adentro, se fijó que le habían robado USD 150, el televisor, documentos y tarjetas. Así consta en la denuncia ante la Fiscalía.
En esta dependencia solo atendían dos receptores de denuncias.
Uno de ellos pidió paciencia para quienes hacían fila para denunciar sus casos. Personas afectadas por otro tipo de casos también esperaban en el sitio.
Roxana D. acudió para denunciar la desaparición de su hija de 14 años. El sábado, le permitió salir con unas amigas a un centro comercial, pero Joselyn A. no regresó. Cuando marca al teléfono de su hija contesta un hombre que, según la madre, le indica que se la devolverá dentro de unos días.
Por unos mensajes encontrados en las redes sociales con su hija, Roxana D. cree que esta persona tiene 28 años y vive en Sta. Elena.
Mientras tanto, una angustiosa búsqueda emprendía ayer Matilde T. por hospitales y morgues, para encontrar a su esposo, David I. La última llamada a su teléfono móvil la recibió el lunes, a las 11:47, en donde le decía que había tomado un taxi hacia la casa, en Durán, y que llevaba USD 1 200 con los que harían unas compras.
Pero David I. nunca llegó a casa y ahora su familia lo busca.
Las agresiones
Ernestina E. denunció que tres hombres armados se acercaron a su casa y le pidieron USD 600 a cambio de su hijo. Pero al huir en un auto, un familiar los siguió y en esa persecución lanzaron del vehículo al joven supuestamente secuestrado.
Narcisa B. denunció a Félix C. de atacar con un machete a su madre. El acusado es hijastro de la mujer atacada. Santa A. denunció que su hermano fue golpeado durante un robo y recibió disparos.