Imagen Referencial. En el caso de William, quien se suicido debido al acoso escolar del que fue víctima, aún se define qué fiscal indagará el delito de odio, tipificado en el Código Orgánico Integral Penal. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Los padres de William regresarán este lunes 4 de junio del 2018 a la Fiscalía del Guayas. En noviembre del 2017, tras el suicidio del pequeño de 12 años, su familia presentó una denuncia. El caso ahora será investigado por el presunto delito de odio.
“Cuando pusimos la denuncia me dijeron que iban a hacer una investigación profunda. Estaban citando a los chicos pero no pudieron, porque eran menores de edad. Los profesores sí y los del distrito también acudieron”, recuerda Ángel, el padre del menor.
William estudiaba en un colegio público del sur de Guayaquil. El 30 de noviembre, cuando regresó a su casa, se suicidó. Su abuela lo encontró colgado del techo de la vivienda.
En una carta, el adolescente narró que era víctima de acoso escolar. Explicó que lo acusaban de haber robado la navaja de un profesor y que se arrepentía por haberse fugado a esa hora. Ese fue el motivo por el que lo acusaban.
Con su letra marcó en el papel las iniciales de quienes serían los acosadores. La Fiscalía indagará la responsabilidad de los maestros y también analiza si los agresores tenían más de 12 años, para pedir la intervención de un fiscal especializado en adolescentes infractores.
Lo que William narró era solo el final de una trama de abusos. Las investigaciones de la Subsecretaría de Educación determinaron que en el plantel ya habían detectado otras alertas. El Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) elaboró dos informes de acoso escolar antes del suicidio.
La subsecretaria Éricka Laínez indicó que abrieron sumarios administrativos a un inspector y al psicólogo del DECE. Ambos fueron suspendidos y luego sancionados con 30 días sin sueldos. Posteriormente retomaron sus actividades en otras instituciones.
“En estos casos se debe activar inmediatamente los protocolos, que incluyen la intervención inmediata, comunicar al padre y comenzar una terapia incluso con el paralelo, para determinar por qué se suscitó el bullying. Y actuar para poder brindar medidas de protección al estudiante, si está acosado”.
Ángel dice que ni él ni su esposa fueron citados por el colegio para conocer lo que ocurría con su hijo mayor. Solo un primo de William conocía en parte la realidad; le había pedido ayuda porque unos chicos lo molestaban.
El adolescente estudiaba en el mismo plantel donde la pequeña Brithany, de 11 años, habría sido golpeada por un grupo de compañeros de aula. Dos días después de la agresión falleció a causa de un derrame cerebral. La Fiscalía indaga un presunto homicidio culposo por supuesta omisión de docentes y autoridades.
En el caso de William aún se define qué fiscal indagará el delito de odio, tipificado en el Código Orgánico Integral Penal. En su artículo 177 especifica que la persona que cometa actos de violencia física o psicológica de odio puede ser sancionada con prisión de uno a tres años. Pero especifica que “si los actos de violencia producen la muerte de una persona, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años”.