El caso del ex vicepresidente de la República Alberto Dahik tomó un nuevo giró ayer. El presidente de la Primera Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Hernán Ulloa, confirmó que levantó la orden de prisión que desde el 11 de octubre de 1995 pesaba en contra del ex funcionario, autoexiliado en Costa Rica.
Ese día, el presidente de la entonces Corte Suprema de Justicia, Carlos Solórzano, dictó orden de prisión preventiva por un supuesto mal uso de gastos reservados.
El Vicepresidente renunció ante el Parlamento y al día siguiente llegó a Costa Rica, país en el que pidió asilo y explicó que en el Ecuador era perseguido político.
En entrevista con radio Sonorama, el juez Ulloa dijo que el fallo se emitió luego de que el inculpado presentara un pedido para que se sustituyera la orden de prisión y pueda comparecer libremente al juicio. El magistrado explicó que esa solicitud incluso fue aprobada por la Fiscalía General.
Pero Ulloa hizo una aclaración: “apenas llegue al Ecuador el procesado Alberto Dahik deberá presentarse ante la Primera Sala cada 15 días, hasta que proceda la audiencia de juzgamiento y luego, obviamente, tendrá que acatar la decisión judicial”.
Una vez conocida, esta noticia comenzó a difundirse a través de las redes sociales. Precisamente, en la cuenta oficial de la Presidencia de la República en Twitter se dijo: “Presidente (Rafael) Correa ratifica que cree que Alberto Dahik es un hombre honesto y sufrió persecución política”.
De hecho, en el informe presidencial del 10 de agosto del año pasado, el Jefe de Estado pidió la amnistía para el ex Vicepresidente. “Es momento de la reconciliación nacional”, dijo el presidente Correa a manera de introducción. “En el país ha habido persecución política. Yo no puedo caer ante lo que considero injusticias del pasado; más aún si algo puedo hacer para solucionarlas…”. Antes de mencionar el nombre, el Mandatario habló de las profundas diferencias ideológicas que mantiene con Alberto Dahik.
Al pedir la amnistía, Correa dijo estar convencido de que el ex funcionario, que llegó al poder con Sixto Durán Ballén, “es honrado, víctima del odio y la barbarie que en ese momento dominaban”.
Ayer, mientras estaba en Guayaquil, el Primer Mandatario dijo que se alegra por el fallo. “Conveniencia política no es. Dahik es alguien de derecha inteligente (…) Es un tipo honesto, fue todo fruto de una malsana infame persecución política (…) No quiero referirme al difunto, pero todos saben de dónde vino esa persecución”.
El ex Vicepresidente de la República ya regresó al país el 1 de abril del 2005, cuando la entonces Corte Suprema de Justicia o llamada ‘Pichi’ Corte anuló el juicio que se seguía en su contra. No obstante, tuvo que salir del país tras la crisis política que implicó la caída del presidente de ese entonces Lucio Gutiérrez.
Ayer trascendió que Dahik podría regresar al país en las próximas horas. Pero su hermana Eveline, aseguró desconocer aquello. “Sé lo que me entero en los medios y no he hablado con él”.
En el local de venta de telas de los padres del ex Vicepresidente, ubicado en el centro de Guayaquil, no había movimiento, excepto al acostumbrado de los clientes. “Si viene es un regalo de Dios, porque mi papá está enfermo”, manifestó la hermana.
Alberto Dahik Safadi, de 92 años y padre del ex funcionario, prefirió no pronunciarse.
El 4 de septiembre pasado, en una entrevista con este Diario desde Costa Rica, Dahik dijo que en el período 1992-1995, cuando fue vicepresidente, aumentaron las exportaciones y el país dependió menos del precio del petróleo. “Ahí se hizo un esfuerzo exitoso que no se siguió”.
¿Por qué no continuó? “Vino una época de inestabilidad política que comenzó con mi salida de la Vicepresidencia fuera de todo orden constitucional”, explicó.
Al consultarle si el modelo económico que en el país ha implementado Correa funcionaría con el precio del petróleo bajo, respondió que no. “A mí me tocó ser Ministro de Finanzas con petróleo de al menos USD 6 y sostuvimos el país. El precio del petróleo fue igual cuando estuve en la Vicepresidencia de la República”,
explicaba el ex funcionario.
Los antecedentes
Alberto Dahik lanzó un bumerán en 1995. En un almuerzo con medios de comunicación, a mediados del gobierno de Sixto Durán Ballén, reveló que había cedido al chantaje de diputados y otorgado nombramientos para alcanzar objetivos del Régimen.
Eso reveló que supuestamente él tenía acceso a una cuenta secreta de gastos reservados del Banco Central, a la cual llegaron 21 527 millones de sucres del Ministerio de Finanzas.
De ese rubro, nunca se justificaron 12 724 millones de sucres, es decir, 5 089 600 dólares al cambio de 1995. Las indagaciones judiciales determinaron que
10 000 millones de sucres se pagaron en efectivo, 1 400 millones se giraron en cheques a varios bancos para comprar divisas y
1 324 millones se emitieron en cheques sin destinatario.