La barra del Perro Muerto del club Delfín llegó con bengalas y cantos a la casa de velaciones Jardines El Edén, al noreste de Manta. Lo hizo para despedir a Honorio Cevallos, presidente del equipo, acribillado el pasado sábado.
Los ánimos del medio millar de asistentes al velatorio cambiaron de tono a las 10:45 de ayer. Un funcionario de la Fiscalía de Manabí llegó con una orden judicial: practicar la autopsia al cadáver de Cevallos. Él murió cuando fue disparado por un asesino a sueldo el pasado sábado en los exteriores de la cebichería Telmo ubicada en la Avenida 20, entre calles 10 y 11, parte alta de Manta.En medio del llanto de sus familiares, amigos y allegados, el féretro con el cuerpo de Cevallos fue cargado por cuatro amigos y llevado a la sala de autopsias del camposanto. “Es lo más inteligente lo que hizo la familia, había que dejar que las diligencias se concreten para no causar ningún tipo de tropiezos en las investigaciones y sobre todo en los sentimientos de la familia, pues la otra opción habría sido la exhumación del cadáver”, refirió Edwin Gómez, jefe de la Policía Judicial de Manta.
Mientras la médico legista Fabiola Villacís realizaba la disección del cadáver, los vehículos de lujo seguían llegando con más gente que vestía de negro y blanco, todos querían dar el último adiós al empresario.
“No puede ser, hemos perdido a un personaje solidario y sobre todo humano”, comentaba el ex futbolista Enrique Nazareno. El ahora empleado del Municipio de Manta recordó cómo Cevallos le compró su pase para que jugase en Delfín, fue en 1994.
“Así es la vida, unos se adelantan hacia el lugar donde todos llegaremos”, replicó Nazareno. El hermano de Honorio, Carlos Cevallos, dijo que las muestras de apoyo de los habitantes de la ciudad son contundentes. “Ha llegado gente de todos los estratos sociales, Honorio fue un hombre que se llevaba bien con todas las personas, por eso es que lo vamos a extrañar”, aseguró.
Carlos contó que su hermano procreó seis hijos; todos estuvieron en el funeral. “Hoy lloran a su padre, pero sus familiares somos el apoyo que ellos necesitan para soportar esta difícil etapa”.
Del asesinato, Carlos refirió que “todos saben que los que mataron a mi hermano fueron gente contratada para acabar con su vida”. Mientras los asistentes al velatorio esperaban que Villacís terminara la autopsia, las melodías rancheras no se apagaban.
Los dirigentes del club Delfín, Franklin Ripalda y Freddy Macías, estaban consternados. En una radio de la localidad hace pocos días mientras entrevistaban a Cevallos él habría dicho al periodista Héctor Moreira “más parece que me voy a morir, por eso aceptó la presidencia del Delfín”. Ripalda comentó que el hijo mayor de Honorio, Miguel, podría ser el sucesor de su padre en la presidencia del club mantense.
Ayer no se precisó el futuro de Juan Carlos Bedoya como director técnico del Delfín. El sábado, él se encontraba junto a Cevallos cuando se produjo el ataque de sicarios, en la cebichería de la Avenida 20 de Manta.
Gina Saldarreaga, una de las tres personas que acompañaba a Cevallos en esa marisquería, se recupera en la Clínica Manta; ella recibió tres impactos de bala en su cuerpo durante el atentado.
El sol pegaba fuerte ayer en el norte de Manta. La temperatura ambiente era de 35 grados centígrados al mediodía. El agobiante clima no mermó la resistencia de los familiares y amigos de Cevallos. Después de 90 minutos de autopsia, el féretro fue llevado por cuatro familiares a las sala de velaciones donde un cura siguió con el servicio religioso.
La fiscal Lorena Romero, que estuvo de turno el pasado fin de semana, dijo que en la necropsia se localizaron cuatro orificios de bala de entrada y dos de salida en el cuerpo de Cevallos.
La legista Villacís precisó que uno de los proyectiles destruyó los pulmones: “Esa herida fue la que le causó la muerte”. Después del servicio religioso, el ataúd fue llevado hacia una fosa.
La familia enterró a Cevallos, mientras los amigos y gente cercana respetaron su dolor y se mantuvieron distantes. A las 13:30 terminó el sepelio. Una larga caravana con 80 vehículos, la mayoría de lujo, salió del campo santo.
Quito
Fander Falconí
víctima de la delincuencia
‘Nos apuntaron con una 9 milímetros’
Luego de tenernos dos horas en el auto, (los desconocidos) nos abandonaron en la Panavial, en el sur de Quito. Eran momentos desesperantes. Todo comenzó cuando a las 20:15 del sábado, mi hijo (13 años) y yo esperábamos a mi hija en La Floresta (barrio residencia del norte de Quito). De pronto, dos hombres se acercaron y nos apuntaron con un arma 9milímetros.
Nos insultaron y nos llevaron a un taxi, que estaba manejado por una mujer. Nos pasaron a la parte de atrás, nos dijeron que cerráramos los ojos y que no dijéramos nada. Comenzaron a pedir datos de las tarjetas de crédito y de débito. No sabíamos por dónde nos llevaban, solamente escuchábamos insultos en todo momento.
De pronto el auto se paró y uno de ellos se bajó y retiró plata del cajero. Mi cupo es de USD 600 diarios. Esa tarde retiré USD 200 y tenía en efectivo. Ellos sacaron 400 más y se llevaron.
Después atamos cabos y ahora nos damos cuenta que el dinero fue retirado de un cajero que atiende en el barrio Chillogallo. Y, al parecer, nos llevaron al sur por la vía Oriental.
También se robaron los celulares, la cámara de fotos, el iPod de mi hijo, que estaba en nuestro auto. Por suerte no nos golpearon. Nuestro auto, un Chevrolet Optra del 2007 no aparece.
No poder ver nada es una sensación terrible. El vehículo se paró y nos bajaron. Era una calle desolada y oscura. Pese a ello caminamos unos 10 minutos por una vía que no conocíamos. Los carros no paraban, porque también tienen miedo. Apareció un patrullero y les pedimos que nos ayudaran.
Les contamos que nos robaron y nos llevaron a la Policía Judicial. Allí pusimos la denuncia (a las 23:00). El Presidente (Rafael Correa) no me ha llamado (hasta las 12:00 de ayer). Solo lo hicieron mis ex edecanes y una asesora del Ministerio de Seguridad Interna.
La propuesta
Carlos Penagos
Ambientalista y experto en arboricultura
Se necesita más resguardo
Como experto en arboricultura y con el trabajo que he desarrollado en los parques El Ejido y La Alameda he podido constatar que los árboles son utilizados como espacios para la delincuencia. Cuando hemos ido a podar las plantas hemos encontrado armas de fuego, cuchillos y sogas guardados entre las ramas más altas.
Esto da un indicio de que los desconocidos actúan en estos lugares. La propuesta serían en ese aspecto, mejorar la seguridad en los espacios públicos. Se debe dar un correcto mantenimiento de los árboles en la ciudad. Este debe ser un compromiso de las autoridades para mejorar las condiciones no solo de una persona, sino de la comunidad.
El mantenimiento de los árboles también sirven para evitar accidentes para los ciudadanos. Existen muchos árboles que están a punto de caer y causar daños materiales a personas y conductores. El cuidar de la integridad de las personas también es un problema de seguridad ciudadana. Ese es un trabajo que debe realizar la autoridad municipal para dar un mejor mantenimiento de los lugares de recreación de la ciudad.