Agentes simulan la recolección de huellas en una escena del crimen. Fotos: Vicente Costales / EL COMERCIO
La Policía apunta a mejorar la identificación de cadáveres; para que este procedimiento tome de uno a 21 días. El tiempo depende del método que los peritos de Criminalística usen.
Por ejemplo, tras un asesinato, los agentes trasladan el cuerpo a las instalaciones de Medicina Legal. Allí comprueban si tiene la cédula o un documento. De lo contrario, los investigadores tienen tres posibilidades para identificarlo: análisis de huellas dactilares, estudio de características físicas y la prueba de ADN.
En el laboratorio forense de Quito se realizan los tres métodos; en Guayaquil no se practica ADN y por eso las muestras deben ser enviadas a la capital. En cambio, en las pequeñas urbes solo se emplea el análisis de huellas dactilares. Este procedimiento es menos tecnológico y la identificación puede tardar meses.
Los familiares de Luis Ortega recuerdan que tardaron seis años en encontrar el cuerpo de su familiar. En un inicio lo habían reportado como desaparecido, habían recorrido las morgues del país y no había rastro de él. En marzo del 2017 descubrieron que una persona NN (sin identificar) había sido enterrada en el cementerio General de Latacunga, pero antes de la inhumación no se habían tomado muestras de ADN ni se habían practicado esas pruebas por la falta de tecnología en esa ciudad. Tras estas experticias se comprobó que el cuerpo era de Ortega.
Una pista que ayudó fue que los peritos habían utilizado tinta para imprimir en un papel las huellas del cadáver.
La idea es que estas huellas sean cotejadas en un sistema AFIS, que permite rastrear si el fallecido era un preso, un guardia de seguridad, un portador de armas o un policía nacional.
Agentes simulan las pericias de investigación en el edificio de Medicina Legal.
El resto de la población no está registrada en este sistema. En esos casos, los peritos usan un escáner de alta resolución para extraer la imagen de las huellas y compararlas con la base de datos del Registro Civil.
El problema es que no todas las personas constan en este registro. Eso dificulta la identificación cuando las víctimas son extrajeras.
Según el Servicio de Medicina Forense, el 97% de las identificaciones de cadáveres se realiza a través de huellas dactilares. Desde el 2017 hasta agosto de este año se han reconocido 479 cuerpos en Quito.
En el mismo periodo se descubrió la identidad de 41 personas, pero sus familiares nunca los retiraron. En Esmeraldas ocurrió una situación similar. El pasado 8 de junio, personal de Criminalística sepultó a nueve cadáveres en un cementerio de esa ciudad. Los cuerpos permanecieron desde el 2017 sin que ningún pariente los reclamase.
Agentes simulan la recolección de huellas en una escena del crimen.
Otro de los métodos es el análisis de antropología forense. Esto se utiliza cuando el cadáver no tiene las manos, hay solo restos óseos o la descomposición es avanzada.
Los antropólogos forenses realizan entrevistas con los familiares de los fallecidos para conocer sus rasgos físicos característicos (tatuajes, implantes, cicatrices o lunares), y así descubrir la identidad.
Cuando el cuerpo está en descomposición, por ejemplo, o pasó días sumergido en agua y perdió los rasgos faciales y corporales, el experto toma una radiografía de los huesos y realiza una reducción esquelética con reactivos químicos, para determinar la edad, estatura y sexo.
Con ese método se descubrió la identidad de una joven de 19 años, el 21 de junio. La Policía encontró su cuerpo carbonizado en un terreno baldío de Durán, en Guayas.
Las investigaciones apuntan a que la mujer fue víctima de femicidio. El cuerpo fue traslado a Medicina Legal, para las pericias de identificación.
Este año, Criminalística adquirió un escáner 3D, con tecnología europea. La semana pasada fueron instalados en los laboratorios forenses de la capital.
Está previsto que el próximo año, Guayaquil también cuente con este equipo.
Adán Hernández, antropólogo forense de Guayaquil, asegura que con el escáner el trabajo de identificación mejorará y los tiempos se podrán reducir aún más. “Con este equipo vamos a recrear la apariencia de un cuerpo cuando estaba con vida”, explicó.