Los habitantes de este barrio tradicional solicitan que se tomen soluciones definitivas. Foto: EL COMERCIO
La venta de droga le quita el sueño a los habitantes de Cotocollao. Las personas del sector tienen miedo salir en las noches debido a que el microtráfico se ha vuelto una constante en el sector.
Desde las 18:00, aproximadamente, se aprecia personas que se dedican a vender sustancias en la avenida Legarda, entre las calles Malearte y avenida Occidental.
Mariana E. (prefiere no revelar su nombre por miedo) asegura que cuando llega a su casa pasadas las 22:00 es común ver a la Policía haciendo controles. “Sin embargo, no es suficiente. Siempre regresan. Lo mismo pasa en el parque de Cotocollao. Ahí hay personas como zombies de lo drogadas que están”.
Para los negocios del sector también es un problema. En la Legarda, a las personas les preocupa ser víctimas de asaltantes; algunos deciden no salir a comprar o prefieren ir a mercados o supermercados de otros sectores para evitar cualquier problema.
Andrea P., quien visita a su familia todos los fines de semana en el sector, asegura que tiene miedo cuando circula por la zona. “Cierro las puertas con seguro pero me da la impresión que esa gente va a abrirme el carro en cualquier momento. Lo más angustiante es cuando hay tráfico”.
En la calle Eugenio Moreno, cerca de la iglesia de Cotocollao y del Divino Niño, moradores señalan que los consumidores de droga se quedan dormidos en las veredas. “La presencia de estas personas genera mal aspecto. Además, ensucian de manera permanente. Cruzar por el parque para tomar el bus alimentador se vuelve peligroso”.
Los habitantes de este barrio tradicional solicitan que se tomen soluciones definitivas.