La seguridad en un conjunto habitacional ya no solo pasa por tener guardianía las 24 horas. Ahora es indispensable que los habitantes conozcan y apliquen las reglas del buen vivir. Desde este concepto nace nuestra propuesta de una ciudad satélite ubicada en el sur de la ciudad. Se trata de viviendas que tienen todo a la mano: tienda, farmacia, cibercafé, iglesia, guardería, escuela, pero sobre todo a propietarios y habitantes que hacen de la convivencia una herramienta para vivir seguros y sin temores.
El desorden y el hacinamiento son cada vez más comunes en las viviendas ubicadas en el casco urbano de la ciudad. Los accesos a las avenidas o autopistas se congestionan. Esos son los puntos frágiles de la convivencia en una gran ciudad como Quito. Y para vivir más seguro, el ciudadano que trabaja en la gran ciudad está buscando un espacio en donde la convivencia sea posible no solo con la familia sino con los vecinos.
En las construcciones del norte o sur de Quito, la buena vecindad es algo que no se percibe, porque la gente vive asustada y se olvida por ejemplo de cumplir los reglamentos de la comunidad en la que viven, un punto básico e importante para vivir seguros y sin temores.
Desde nuestra experiencia y tomando como ejemplo a los jóvenes que ya piensan en adquirir una vivienda, ellos quieren una mejor calidad de vida. Nuestra propuesta de seguridad habitacional es un concepto que nace desde el aprender a vivir en comunidad y dejar de ser los citadinos que no disfrutan del espacio en donde viven.