Paulo Rodríguez
Su vida. Ambateño, sus estudios secundarios los realizó en Quito. Estudió Ingeniería Electrónica en la Politécnica Nacional y se especializó en Alemania.
Su punto de vista. Considera que sí es posible cambiar el sistema de justicia pero está consciente de que tomará más de 18 meses borrar décadas de corrupción. Dice que se encaminará una línea que deberá seguir el nuevo Consejo.
¿Cuáles son las directrices que piensa tomar el Consejo de la Judicatura Transitorio para cumplir en 18 meses una reestructura judicial?
Hay seis ejes de gestión fundamentales para este trabajo. La directriz es que no hay tiempo, no podemos perder un segundo. Nosotros hemos reprogramado el tiempo, son 78 semanas de las cuales ya hemos pasado dos y mañana (ayer) se cumple la tercera.
¿Avances?
Hay muchos para tres semanas de trabajo. Estoy contento con lo que hasta ahora se ha logrado hacer. Nuestra disposición es terminar este proyecto bien hecho en 18 meses. Somos conscientes de que no todo va a cambiar. La historia del sistema de administración de justicia en el Ecuador, de muchas décadas, no puede cambiar en 78 semanas.
¿Cuál es el meta entonces?
Creo que sí vamos a llegar a tener un estado de situación bueno, de tal manera que las personas en ese tiempo ya estén recibiendo el servicio de justicia de diferente manera a como lo hacían antes y que nunca más van a querer volver a recibirla.
¿Cómo intentar resolver estos problemas del sistema de justicia que se han visto envueltos en casos de corrupción? ¿Cómo cambiar la mentalidad de las personas ante estos hechos?
Usted mismo lo ha dicho. Se debe empezar cambiando la mentalidad de las personas. Estamos viendo una situación única en la historia del Ecuador. Creo que hay las condiciones. La administración de justicia ha tocado fondo y todo lo que se haga para mejorar esto no solo va a tener el apoyo del sistema sino de los ciudadanos. Cuando digo que todos seamos parte de esto no es retórico.
¿Problemas más difíciles?
Hay carencias en la administración del talento humano, de infraestructura, de tecnología e incluso de un buen sistema de ejecución de presupuestos. Recursos había pero fue la falta de capacidad de ejecución. Sabemos que tenemos un tiempo corto pero vamos a ejecutar las cosas bien.
USD 400 millones de presupuesto… ¿alcanza para reestructurar la justicia?
Yo creo que sí. Seguimos afinando temas porque es complejo. Todos los ejes deben avanzar simultáneamente. Tenemos que abrir nuevos juzgados: niñez, familia, adolescencia, mujer… pero abrimos un juzgado y ¿qué pasa?, allí tiene que haber un edificio, infraestructura, contrataciones de personal capacitado y los recursos deben estar a tiempo. Es un proceso pero sí se puede.
Uno de los problemas por la falta de agilidad en la resolución de causas es la oralidad, ¿cómo se piensa solucionar ese punto?
La oralidad está parcialmente implementada en el país. Si bien está dispuesta legalmente no se ha implementado y eso pasa por falta del equipamiento adecuado y de capacitación. También por dejar la salvedad de que se pueda corregir. Pienso que el fiscal debe hacer lo suyo, el defensor y el juez lo mismo, y en el día en que se resuelve se debe dictar sentencia, no dos o tres días después.
En la presentación del plan, usted mencionó que son 1 000 judicaturas a escala nacional las que se deben crear con su juez y conjuez, ¿no se exageró la cantidad?
Obviamente no todas son para el período de 18 meses, eso es imposible. Mil judicaturas son casi una diaria en ese tiempo. Se estudió antes de armar el plan un diagnóstico de su creación, en este sentido hay que reorganizar. Por ejemplo: Durán es más grande que Milagro y esta tiene más jueces que Durán. Eso no puede ser. Seamos sinceros, esa cantidad de judicaturas sería lo óptimo, ¿cuántas alcancemos a hacer? la mayor cantidad posible.
¿Cuál sería la mira, llegar de pronto a los estándares internacionales de 300 a 400 causas por judicatura?
No quiero dar un número porque seguimos afinando los temas. No me atrevo aún a decir pero será una buena cantidad.
¿Qué haremos con los funcionarios corruptos?
Me encanta esa pregunta. La manera de conjugar el verbo me entusiasma. No me preguntó qué van a hacer sino qué hacemos. Eso quiere decir que el mensaje va a llegar a muchas personas, porque esto es responsabilidad de todos. ¿Qué hacemos? Lo que dice la Ley: evaluarlos efectivamente y si hay que separarlos, lo vamos a hacer.
¿Dentro de esa línea de transparencia, cómo evitar que no se vincule a ciertos funcionarios con la corrupción, como en el caso de El Universo y se los separe?
Nosotros no vamos a intervenir de manera particular en ningún caso. Las decisiones que tomamos son políticas generales cumpliendo el dictamen del 7 de mayo. Dentro de los separados, de pronto hubo buenos profesionales, si quieren regresar pueden participar en los concursos. Qué mejor si vuelven pero con nombramiento legítimo.