El pequeño cementerio de la parroquia cuencana de Victoria del Portete estaba lleno. El ataúd de José Luis Mogrovejo Guzmán, chofer del bus Turismo Oriental accidentado la madrugada del domingo pasado, fue llevado en hombros por sus familiares y amigos.
Lo hicieron desde la iglesia del pueblo hasta la parte alta, donde está el camposanto. El trayecto demoró 20 minutos. Su esposa, quien pidió la reserva de su nombre, no se separaba de sus dos hijos: Braulio, de 10 años, y Shelci, de 3 años.
Ella pedía que el nombre de su esposo fuera respetado, “es inocente y está muerto, no puede defenderse”. Sollozaba y pedía justicia para su cónyuge.
Sus familiares trataban de consolarla. Según Patricio Fernández, amigo de Mogrovejo, quien falleció a los 44 años, fue conductor desde los 19 y pasó por varias cooperativas del Azuay.Su primo, Wilson Guzmán, estaba molesto en el funeral que se hizo la mañana de ayer. Él cuestionaba las condiciones en que trabajan los choferes. “No son dignas para un ser humano”. Según él, Mogrovejo debía trabajar unas 20 horas al día y sin sueldo fijo. “Ganaba unos USD 40 por viaje y no era afiliado al Seguro Social”.
A las 11:00, el sol era intenso. Alfredo, quien pidió no mencionar su apellido, recordaba a su amigo de la infancia. Cuando eran niños les gustaba ver películas mexicanas.
Su voz se quebró cuando dijo que “los choferes somos máquinas de producir dinero; la gente no sabe que conducimos de forma permanente”.
En el hogar de la familia Chimborazo también había dolor. En el barrio Cascai San Camilo, del cantón cañarense de Biblián, velaban los cuerpos de Luz Chimborazo, de 52 años, y Jéssica Tatiana Sarmiento, de 7 años.
José Sarmiento no soltaba la foto de su hija, quien viajó a Quito con su madre, Luz Chimborazo. En este accidente también falleció Manuel Chauca, su tío político. Solo se salvaron sus parientes Nancy Tenesaca y su hijo de 4 meses. Ellos se iban de vacaciones a Sangolquí.
Sarmiento dijo que el domingo marcó más de 20 veces el número de celular de Chimborazo, su ex pareja. “No respondía y me asusté. Luego escuché las noticias”.
Viajó a Latacunga. Allí encontró los cuerpo de su hija, de Chimborazo y de Chauca, en la morgue.
En Latacunga le donaron los ataúdes para los tres cuerpos.
Ayer, Sarmiento lloraba y recordó cómo era su hija. “Era muy vanidosa, fue princesita de Navidad”. Esta niña pasaba a segundo de básica de la Escuela La Providencia. El entierro será hoy en la tarde. Luego viajará a Latacunga para poner la denuncia en la Fiscalía. Luz Chimborazo tenía otra hija, Silvia Tenesaca, quien llegó de Estados Unidos. “Se enteró de la noticia en Nueva Jersey a través de la Internet”. Fue al Consulado del Ecuador y le ayudaron a conseguir el vuelo de retorno.
Tenesaca llegó a las 13:00 de ayer a Biblián, de donde salió hace ocho años. Estaba nerviosa y no salía del asombro. Tenesaca no piensa regresar a Estados Unidos por lo menos en dos años. Su objetivo es cuidar a su familia.
Los automóviles serán retenidos hasta que los dueños mejoren las condiciones mecánicas de los automotores, añadió el canal.
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>Rueda de prensa de la Policía sobre trágico accidente en
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