El corazón comercial de Esmeraldas se queda sin gente, desde las 15:00 de todos los días. El cierre de los establecimientos es progresivo a partir de esa hora.
Los compradores ya no caminan ni van a restaurantes, boutiques, panaderías, almacenes, locales de venta de celulares, entre otros.
En la calle Bolívar y la avenida Olmedo los empresarios y vendedores se ven forzados a salir pronto de sus comercios ante el acecho de la delincuencia.
La zona concentra el epicentro de las ventas y la institucionalidad de la capital provincial.
Motorizados con armas de fuego empiezan a recorrer en la tarde las calles para atracar y pedir el cumplimiento de las advertencias previas. Se trata de exigencias de dinero que hacen a los dueños de negocios a cambio de no atentar contra su seguridad. Esto les dicen en panfletos que les dejan debajo de las puertas cuando todo se ha cerrado. Al siguiente día, los empleados son los primeros en revisar el documento, que aparece firmado por varias bandas delictivas.
En el texto les dicen que colaboren para la causa. Citan un supuesto financiamiento que requerirían para la compra de armas o la logística que usan en los ataques con otros grupos. Estas acciones de las organizaciones criminales empezaron en enero de este año y tomó más fuerza hace poco.
El catastro de negocios del Servicio de Rentas Internas precisa que 2 755 locales cerraron definitivamente sus operaciones en la provincia, entre enero y el 5 de mayo reciente. De esta cantidad, el 45% de locales son del cantón Esmeraldas. La Cámara de Comercio informó que, si bien los motivos del cese de actividades son diferentes en cada caso, la mayoría están relacionados con la inseguridad y asfixia que causan los delincuentes.
Los propietarios emitieron comunicados en redes sociales en los que anuncian que cierran sus actividades por el exceso de delitos.
Unos 76 negocios fueron atracados hasta el 20 de mayo pasado.
En 2021 se denunciaron 112 de esos casos y el año previo 98, de acuerdo con cifras del cuadro de mando integral de la Policía.
Montos de las vacunas
Empresarios que accedieron a pagar las denominadas vacunas cuentan detalles en sus denuncias. Al principio les exigen USD 1 000 y luego les triplican la cantidad. Otros siguen ‘contribuyendo’ pero cuando les aumentan el monto, y ya no pueden cumplir, los amenazan con atentados, dice una agente de inteligencia de la Policía, que investiga cómo operan los extorsionadores.
Eso explica la cantidad de bombas que han aparecido en los negocios y que son la amenaza más crítica que reciben los comerciantes.
Las primeras indagaciones dan cuenta de que los delincuentes usan a niños que deambulan por las calles para enviar los panfletos con los requerimientos de dinero.
Luego llaman al local y explican los motivos de la petición.
En una de esas comunicaciones hay quienes se identifican con las organizaciones delictivas vinculadas en las masacres carcelarias.
En el mensaje final les dicen que recogerán el dinero dentro de tres días y que caso contrario atentarán contra su integridad.
El dueño de una boutique en el centro de Esmeraldas perdió la vida el 7 de mayo pasado tras no acceder a la extorsión. Semanas atrás el local fue asaltado por unos motorizados que sometieron a los empleados y al propietario para llevarse el dinero. Ahora el negocio está cerrado y la familia de la víctima exige justicia.
Días antes de ese hecho, el propietario de un local de venta de celulares fue asesinado frente a una entidad bancaria. Los delincuentes le habían solicitado USD 2 500 a cambio de seguridad.
El concejal y exdirector del ECU 911 en Esmeraldas, Miguel Alarcón, recordó que las extorsiones eran un asunto aislado en la capital esmeraldeña.
Las organizaciones delictivas no actuaban en ese sentido en la zona comercial. Antes sucedían robos menores asociados a personas que despojaban de sus pertenencias a los compradores, señala.
Las extorsiones ocurrían en cantones fronterizos como San Lorenzo y Eloy Alfaro, donde opera la guerrilla y grupos paramilitares. Entre el 2004 y 2008 hubo casos que alarmaron a la población e incluso se hicieron marchas para que se controlen esos hechos, explica el exalcalde de Eloy Alfaro, Richard Mina.
Más despliegue de fuerzas
El viernes 27 de mayo, la Policía reforzó la seguridad en Esmeraldas, que se encuentra en estado de excepción.
Arribaron tanquetas que son utilizadas en disturbios antimotines. Esas unidades recorren el centro y las zonas más conflictivas.