El paracaidismo militar cumplió 62 años de historia en el Ecuador. Los paracaidistas del Grupo de Fuerzas Especiales celebraron esta fecha de la forma en la que más les gusta: lanzarse de un avión. ¿Por quién saltan? “Por mi madre, por mi patria y mi bandera”, gritaron antes de caer desde un avión casa 122-400, en Quevedo, en Los Ríos.
El pionero de esta disciplina fue el capitán Alejandro Romo Escobar y 35 soldados saltaron desde un avión e inflaron sus paracaídas sobre los salitres de Muey, en Salinas, el 29 de octubre del 1956.
En esta práctica cumplen un rol importante los instructores, jefes de seguridad, jefes de salto y los paracaidistas. Cada uno desempeña una misión, desde asegurarse que el uniformado que va a saltar esté en óptimas condiciones físicas y mentales hasta que el equipo se encuentre 100% realizado el mantenimiento y sea seguro.
En el aire, los instructores se encargan de infundir valentía a través de cánticos que no cesan hasta que se abre la compuerta trasera del avión. Parados en el borde de una rampa metálica, uno a uno va cayendo a tierra, abren sus paracaídas y lentamente tocan la tierra.
Cualquier error podría costarles la vida. Aún así, lo militares repiten que saltan del avión “es una ofrenda a la vida”.
EL COMERCIO acompañó a los soldados paracaidistas de Fuerzas Especiales del Ejército en una práctica de salto. La historia completa, este viernes 2 de noviembre del 2018 en la edición de EL COMERCIO.