El colombiano Francisco Coy dice que Inteligencia de ese país coopera con la de Ecuador desde hace cerca de un año.
La reunión del Consejo contra el Narcotráfico de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se desarrolla en Quito cuando en Ecuador aumentan problemas relacionados con el delito: tráfico, chulco, sicariato, etc. Incluso se han hallado sumergibles. ¿Cómo frenar eso?
El tema preocupa. En organismos como la OEA (Organización de Estados Americanos) se han hecho debates. Y se examinan planes de acción para todos los países. En la última reunión del organismo se presentaron propuestas de legislación para controlar los cultivos ilícitos. Las autoridades de todos los países tienen claridad de que el problema está aumentando y de que es necesario trabajar en eso.
El Gobierno de Quito señala que Inteligencia de Ecuador halló el sumergible en Esmeraldas , el 3 de julio, y critica a Colombia por no vigilar su frontera.
Lo que sabemos es que la captura de ese submarino fue producto del trabajo compartido de los servicios de Inteligencia de los dos países. A veces no se refleja exactamente la realidad.
¿La cooperación entre agentes no se ha frenado por el problema político-diplomático entre los dos países?En el tiempo que hubo interrupción, algunas cosas dejaron de funcionar. Pero en este último período, creo que desde hace un año, todos los mecanismos están funcionando. Hay cosas de nivel operativo que no conozco. Pero en una frontera tan activa, como la de Colombia y Ecuador, no sólo se presentan drogas, sino tráfico de armas, municiones o explosivos.
¿Esto ocurre por la presencia de grupos irregulares como las FARC de Colombia? ¿Eso ha hecho que se extiendan las redes ilícitas desde ese país a otras naciones?
Sí. Hay una relación funcional y de cercanía entre grupos irregulares y narcotráfico. Es evidente y conocido que el principal financiamiento de grupos armados de Colombia proviene de la droga.
En esa perspectiva, ¿cómo está la región en cuanto a la expansión de este ilícito?
No podemos desconocer que a pesar de los enormes éxitos que se han alcanzado, el problema de la droga aún es muy grave.
¿A qué se refiere?
Hemos conseguido muchos éxitos en esta materia, pero las organizaciones dedicadas a la actividad buscan nuevas rutas para el traslado de productos ilícitos. Los grupos irregulares continúan encontrando nuevos mecanismos para acercarse a nuevos mercados en el mundo.
¿Qué tipo de éxitos?
Colombia ha impulsado una política muy agresiva para erradicar los cultivos ilícitos. Ahora tenemos programas de erradicación manual, que se acompañan de políticas que implican presencia del Estado en áreas afectadas. Creo que eso no variará con el nuevo Gobierno.
En medio del ilícito, Colombia y Perú se disputan el primer lugar en la producción de la hoja de coca. Incluso surgieron informes diferentes de la propia ONU. ¿Cómo está el tema?
Los temas de medición son complicados. Lo que dijo la ONU es que el porcentaje con que Colombia participa en la producción de la hoja de coca respecto a los últimos años ha bajado. No estoy al tanto de la discusión que tiene el Gobierno de Perú con esas cifras. Sé que tienen una observación, pero creo que es una discusión que corresponde a Lima y a las Naciones Unidas. Lo que sí se sabe es que la Oficina de la ONU contra el Crimen y las Drogas reconoció que Colombia tiene una disminución de las áreas dedicadas al cultivo de coca.