Los seis desconocidos entraron a un bar restaurante como clientes. Eran las 23:00 de un viernes y pidieron 16 cervezas. Se reían mientras conversaban y veían la televisión.
Dos horas después, los hombres sacaron pistolas y cuchillos y dos de ellos se acercaron a la barra.
El resto amenazó a los clientes y les quitaron las pertenencias.
Marco C. (nombre protegido) trabaja en este local que funciona en las afueras de Quito. El miércoles, relató paso a paso cómo ocurrió el atraco. “El guardia entró gritando: pilas que nos roban y nos alertó de inmediato”.
El número de robos a locales de comida rápida, bares, restaurantes, discotecas, etc., en Pichincha, se ha multiplicado y causan temor entre propietarios y clientes.
Según estadísticas de la Policía Judicial a las que tuvo acceso este Diario, desde el 16 de julio hasta el 23 de septiembre de este año (70 días) se registraron 32 asaltos a este tipo de negocios que funcionan en Pichincha. Es decir, se ha presentado un promedio de un hecho cada dos días.
Edwin Narváez, un experto en manejo de riesgos, conoce que existen al menos tres tipos de robos a los locales de comercio.
El primero es el atraco con armas de fuego o cortopunzantes cuando el local está con clientes; la otra modalidad es el estruche (robo forzando las seguridades).
Narváez dice que los sospechosos incluso se hacen pasar por clientes. Esta última forma de operar se ha descubierto en recientes hechos y expertos aseguran que sirve para analizar el movimiento y seguridades del local.
En el caso del restaurante en donde trabaja Marco C., los hombres se quedaron hasta las 01:00.
Durante el asalto, los sospechosos lo golpearon en la cabeza con la cacha del revólver. Luego lo lanzaron al piso y uno de ellos lo pateó en las costillas, mientras que otro abría la caja registradora.
Un informe del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC) revela que entre enero y agosto de los últimos tres años la mayor cantidad de delitos contra empresas se ha registrado en la Administración Zonal Norte. Pero también es afectado el sur de Quito (Administración Eloy Alfaro y Quitumbe), en donde se ha registrado el 21% de hechos.
Julio G. (nombre protegido) aún recuerda la tarde en que su local de comida fue asaltado hace tres meses, en el sur de la ciudad. Cuatro personas entraron, se sentaron en la mesa cercana a la puerta y uno de ellos fue a cancelar el pedido en caja. “Otro apareció en la salida y encañonó al guardia que estaba afuera”, cuenta Julio G. Dos más sacaron las pistolas y el que estaba en la caja hizo lo mismo. Los desconocidos dijeron a los clientes que no pasaría nada si cooperaban. Les quitaron los celulares, carteras, joyas y dinero.
El robo duró apenas minutos y se llevaron lo recaudado en el día.
Después del incidente tomaron medidas de seguridad, se instalaron dos cámaras y se contrató a un guardia para las noches.
Marco C. dice que el local donde labora está equipado, por ejemplo, con un botón de pánico.
Precisamente ese dispositivo se lo activó de inmediato. Pero no todos los locales tienen este servicio, que en el mercado cuesta entre USD 33 y USD 57.
Una información publicada en la página de la Cámara de Comercio de Quito señala que 25 000 de estos botones están instalados en 9 000 locales. Este organismo ha registrado al menos 96 500 llamadas de auxilio.
Los hombres que asaltaron el local de Julio G. se fugaron en un auto sin placas. “Al parecer los asaltantes estudiaron los movimientos del negocio. Aprovecharon que el local estaba lleno”, cuenta.
Este atraco no se denunció en la Policía. Después de ese hecho, otros negocios de la calle donde funciona el local de Julio G. también fueron afectados.
Darwin López, oficial al mando de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector de La Michelena, señaló que es difícil actuar si las víctimas no denuncian. “Si lo hicieran tendríamos estadísticas para poder operar”.
El informe del OMSC señala que en Pichincha, entre marzo y abril de este año hubo más delitos contra empresas que en el 2010.
En el primer período se registraron 478 casos, mientras que en el segundo , 285.
Este organismo también señala que la modalidad que los sospechosos utilizan con frecuencia en el robo a empresas es el estruche, con un 75,53%.
Tras activar el botón de pánico, los desconocidos obligaron a Marco C. a levantar las manos, se quedó indefenso y no pudo hacer más. Igual ocurrió con los empleados de un local de comidas que en julio pasado fue asaltado en el norte de Quito.
Los armados entraron al local a las 19:10, apuntaron a los clientes y se llevaron el dinero recaudado.
Las historias se repiten una y otra vez y son similares. En dos ocasiones, Wellington P. fue sorprendido por presuntos delincuentes. La primera vez, los desconocidos se llevaron artefactos eléctricos de su negocio y en el siguiente atraco seis hombres armados entraron al negocio, insultaron a los clientes y los obligaron a botarse al piso. “Uno de ellos puso su arma en mi cabeza y me dijo que me callara. Pensé que me iba a disparar. Otros abrieron la caja y se llevaron todo”.
Wellington P. recuerda que un niño se resistió al asalto y fue golpeado con la pistola en la cabeza. Eso le causó una herida y el menor comenzó a sangrar.
Los hombres encerraron a todos en el local y huyeron sin que hasta ahora se sepa quiénes eran.
Marco C. tampoco sabe qué pasó con los sospechosos que lo golpearon y robaron. Lo último que vio de ellos es que tomaron el dinero y salieron. Luego se enteró que en el camino abandonaron pertenencias que no les servían.
Punto de vista
Joffre Echeverría / Director de Restaurantes en la Cámara Turismo Pichincha
‘La interacción con la Policía es fundamental’
La seguridad en los restaurantes y bares es primordial, porque allí están clientes. Hoy existen mecanismos electrónicos que ayudan a la protección de los negocios y de los usuarios que asisten a ellos. Tenemos, por ejemplo, las cámaras de seguridad, los botones de pánico, las alarmas, puertas con seguro y la presencia de personal de protección. Estos son muy útiles. Sin embargo, la interacción de la Policía con los ciudadanos es fundamental. La comunicación y la implementación de planes de protección entre los vecinos debe ser una base para evitar ser asaltados y brindar seguridad a las personas que asisten a nuestros establecimientos.
Los locales comerciales y, sobre todo, los restaurantes no tienen horario de funcionamiento. Puede trabajar las 24 horas como puede hacerlo en ciertos momentos del día. Y se han convertido en un sector apetecido por la delincuencia.
Para evitar asaltos
El Manual de Protección Ciudadana del Municipio de Quito recomienda contratar un servicio de guardianía privado. Pero antes debe verificar que la compañía esté autorizada.
También aconseja la instalación de cámaras de videovigilancia y sistemas de circuito cerrado, eso recomendado para las empresas. Percátese de que funcionen todo el tiempo.
Otro consejo es que si tiene un negocio grande, debe asegurarse de vigilar los principales puntos de accesos. Estos pueden ser la primera entrada, las puertas de emergencia, etc.
El dueño de un restaurante recomienda siempre tener a la mano el número telefónico de la Unidad e Policía Comunitaria más cercana y de la empresa de seguridad contratada.
El empresario dice que es necesario identificar el sector donde está el negocio. Es primordial conocer a los vecinos del local comercial. En lo posible pida sus números telefónicos.
Un oficial de la Policía Judicial dijo que en caso de que un local sea asaltado se mantenga en lo posible la calma.
La Cámara de Comercio de Quito sugiere asesorarse con la Policía y expertos en seguridad sobre cómo cuidar el local.