La exigencia de visas para ciudadanos de nueve países comenzó a aplicarse. Hasta ayer, la Policía de Migración confirmó que cuatro ciudadanos de Pakistán y uno de Nigeria no pudieron ingresar por el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito.
El lunes, la Cancillería ecuatoriana ordenó que ciudadanos de Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán y Somalia que deseen entrar al país deben presentar visa.
El jefe de Migración de la terminal aérea, Patricio Uscátegui, señaló que los cinco extranjeros intentaban ingresar como turistas.
Los paquistaníes llegaron desde Brasil y hasta ayer seguían en la sala de preembarque del aeropuerto, hasta conseguir un cupo para ser devueltos a su último puerto de embarque. El ciudadano de Nigeria salió a las 06:00.
El subsecretario de Asuntos Migratorios y Consulares, Leonardo Carrión, señaló que esta medida se tomó para evitar que Ecuador se convierta en un país de paso para personas que intentan llegar de forma ilegal a otras naciones.
El 25 de agosto, el paquistaní Abbas F. fue detenido e identificado por la Policía como responsable de traer de manera ilícita a ciudadanos de su país. Según los agentes, ofrecía documentos ‘legales’ para, posteriormente, llevarlos a Estados Unidos y Europa.
Según el jefe de la Policía Judicial de Pichincha, Víctor Hugo Cartagena, el ciudadano sigue detenido y se han recibido varias denuncias de la Asociación de Paquistaníes residentes en Ecuador.
A través de esas denuncias, los agentes conocieron que el detenido supuestamente cobraba hasta USD 20 000 por cada persona que intentaba llegar a EE.UU.
En Migración se aseguró que el flujo de ciudadanos de estos países comenzó en el 2008, cuando el Gobierno dispuso que no se pidiera visa para extranjeros.
En ese año, las autoridades ecuatorianas dijeron que esa política era parte del respeto a la libre movilidad. Sin embargo, esta vez el embajador Carrión indicó que se registró un movimiento inusual y que por eso este mes se adoptaron las restricciones.
En Quito, una zona con un alto flujo de extranjeros es La Mariscal, en el centro-norte. Dueños de hostales que funcionan en ese sector señalan que los extranjeros permanecen apenas pocos días y luego desaparecen cuando son contactados por otras personas.
“No sabemos exactamente a dónde se van, pero aquí se hospedan unos tres o cuatro días y luego se van”, cuenta el dueño de un hostal. Él asegura que “no son los típicos turistas que ingresan con mochila y cámaras de fotos. Muchas veces pasan con la misma ropa y pequeñas bolsas de mano”.
El dueño de otro negocio dice que hasta hace dos años no se veía a ciudadanos de África. “Pero de un momento acá están siempre por estos lugares. No hacen problemas, pero se los ve que están como desesperados o con miedo de que les coja la Policía”.
Carrión reconoce que “extrañamente al país comenzaron a llegar turistas hasta de Etiopía, cosa que antes no sucedía”.
Al Embajador le preocupa el hecho de que no existan registros de salida. “Pero tampoco se quedan en el país. Puede ser que estén saliendo por las fronteras”.