A Marcos M., lo noquearon con un garrote de caucho. Los cuatro encapuchados amarraron a su esposa e hijo, de 25 años, con cuerdas. El hecho ocurrió la noche del 19 de enero último en una de las urbanizaciones privadas de Cumbayá, en el nororiente de Quito.
“Estábamos con mi familia viendo las noticias por la televisión cuando ingresaron a nuestra vivienda. Se aprovecharon de que nos olvidamos asegurar la puerta posterior y me golpearon.
Se llevaron televisores, consolas de videojuegos, computadores, dinero y otros enseres electrónicos”, relató el hombre. Los armados se movilizaban en un auto pequeño plateado y se tardaron 20 minutos en llevarse las cosas.
Las estadísticas del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC), refieren que las denuncias de asaltos y robos a personas dentro de casas se incrementaron en Cumbayá el año pasado. En el 2009 hubo siete casos, 27 en el 2010 y 38 el año pasado.
Pese a esas estadísticas, un registro de la Policía revela que el año pasado en Cumbayá se presentaron más robos y asaltos a viviendas: 77 denuncias.
Claudia Morán, directora de la Corporación Comunidad del Valle de Cumbayá, dice que no existe un registro completo de asaltos y robos perpetrados en viviendas.
Esto ocurre -según la funcionaria- porque “la gente no denuncia por falta de confianza en las autoridades”. Y agrega: “Hay temor a represalias. Lo más preocupante es que las personas sienten miedo a que las bandas regresen y les hagan daño tras presentar las denuncias. Otro problema es que las víctimas se ven frente a frente con el agresor y sienten miedo”.
El capitán William Suasnavas, jefe del circuito policial Cumbayá, dice que uno de los inconvenientes que tenía la Policía frente al incremento de robos era el déficit de personal en las cinco unidades de Policía Comunitaria (UPC) que funcionan en la parroquia: Lumbisí, Primavera I y II, Miravalle y en el centro.
“A inicios de enero teníamos seis agentes por cada UPC, pero hace 15 días nos incrementaron a ocho y tenemos 12 en el parque. Ahora contamos con 69 gendarmes para atender a la comunidad. Con eso esperamos cubrir las necesidades del sector”. Además, la Policía cuenta con ocho patrulleros y 10 motocicletas.
Morán cuestiona la cantidad de equipamiento y número de agentes asignados para Cumbayá.
La funcionaria dice que esa cantidad no es suficiente para dar seguridad a las 30 000 personas que viven en la parroquia.
La situación se agudiza -explica Morán- frente al incremento de conjuntos residenciales en la zona. La Corporación Comunidad aglutina 60 urbanizaciones privadas, pero su Directora estima que existe otra cantidad similar que no se ha agremiado. A eso se suma -sostiene- que hay barrios que aún no han sido legalizados y el riesgo crece.
La Policía que allí opera ha identificado al menos cinco organizaciones ilegales que se dedican a los robos de casas en esa zona. La modalidad es la misma: ingresan cuando los propietarios de las viviendas están adentro y asaltan con amenazas y golpes.
Agentes cuentan que estos grupos delictivos operan desde hace dos años. ¿Por qué no se hace nada si se conoce quiénes son? El capitán Suasnavas responde que “algunos de sus integrantes ya han sido detenidos, pero nuevamente los encontramos libres. Si nos toca detener cinco o seis veces, lo haremos para atacar la inseguridad”.
Inteligencia de la Policía incluso ha identificado seis rutas que los sospechosos utilizan para escapar. Estas son la vía Interoceánica que conecta el Valle de Tumbaco con Quito, el Camino de los Conquistadores que pasa por Guápulo y luego se une a la avenida Simón Bolívar (oriente de la ciudad) y la carretera Intervalles que enlaza Tumbaco y Cumbayá con el valle de Los Chillos.
A estas rutas se suman la vía de San Patricio que se conecta a la avenida Simón Bolívar y la ruta a Nayón. Pero Cumbayá no es el única zona de operaciones de estas bandas. Agentes descubrieron que además operan en las urbanizaciones residenciales de Sangolquí y San Rafael.
Medidas de seguridad
El capitán William Suasnavas, jefe del circuito policial Cumbayá, dice que hubo un incremento de asaltos a viviendas a inicios del 2011, pero que en los últimos meses de ese año decreció.
Para afrontar la inseguridad, en la parroquia se colocaron alarmas comunitarias y el proyecto de taxi seguro. En este, la gente pide servicio a vehículos autorizados para esta actividad.
En Cumbayá se aplica el proyecto de voluntarios cívicos y el registro de guardias. Solo en una urbanización privada, los agentes registraron 17 celadores. En las noches, los uniformados realizan operativos en las seis vías que conducen a Cumbayá.