Por chats se instigó a atacar ambulancias durante el paro

Esta ambulancia de la Cruz Roja muestra los vidrios rotos  en el paro.  Manifestantes atacaron una ambulancia en el sector de La Alameda. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Esta ambulancia de la Cruz Roja muestra los vidrios rotos en el paro. Manifestantes atacaron una ambulancia en el sector de La Alameda. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Esta ambulancia de la Cruz Roja muestra los vidrios rotos en el paro.
Manifestantes atacaron una ambulancia en el sector de La Alameda. Foto: Archivo / EL COMERCIO

No fueron actos aislados. Los investigadores de la Policía Nacional aseguran que se trató de una estrategia que incluyó planificación y táctica.

Una parte de las indagaciones por las acciones violentas de octubre pasado tienen que ver con los ataques a las ambulancias.

Este Diario accedió a los datos levantados por los agentes, quienes dicen que “alguien prendió la mecha” y usó las redes sociales para instigar los ataques a este tipo de vehículos y al personal médico que atendió durante el paro.

“Alguien se dio el trabajo de crear audios, editar videos y generar historias falsas en donde ponían a las ambulancias y a los especialistas en enemistad con el pueblo y como aliados de la Policía”, señala un investigador. Existen pistas.

Los mensajes quedaron grabados en chats y en cuentas de redes sociales como Facebook que se abrieron durante los días de protestas. De lo que se sabe hasta el momento serían cuentas falsas. En el perfil, sus administradores dicen haber trabajado en el Ministerio de Salud y “tener información de buena fuente”, de que las unidades trasladaban material antimotines y agentes.

Ahora, estas publicaciones forman parte de una investigación judicial. El 12 de octubre, a las 10:06, una mujer compartió un mensaje en un grupo de WhatsApp. El texto decía: “Amigos, mañana no dejen pasar más ambulancias, porque en estas llevan bombas lacrimógenas y las municiones. ¡Pilas! Hay que saquearlas porque es su medio de comunicación”.

Los agentes aseguran que el objetivo era crear más caos, dañar la imagen de la Cruz Roja, el Ministerio de Salud y generar zozobra entre la población.

“Creemos que realmente querían impedir el trabajo de los paramédicos para que haya víctimas en el paro”, advierte el investigador.

De hecho, durante esos hechos, los equipos prehospitalarios no pudieron atender a tiempo ciertas llamadas de auxilio. En Azuay, en la vía Molleturo, los manifestantes bloquearon el paso del vehículo de los socorristas.

Los paramédicos debieron avanzar a pie dos kilómetros para atender a un atropellado.

Al llegar solo comprobaron que había fallecido.

En Imbabura, una joven de 16 años se encontraba en labores de parto cuando sus familiares llamaron a una ambulancia para que la llevara a un hospital. El auto tardó dos horas en trasladar a la mujer. Al llegar dio a luz a un niño, que se encontraba bien de salud, pero la adolescente tuvo complicaciones.

En Quito, los tres chicos que cayeron de un puente, en San Roque, no pudieron ser auxiliadas a tiempo, pues los manifestantes impidieron el acceso de los paramédicos y los vehículos. Solo en la capital, 49 ambulancias de diferentes instituciones fueron atacadas y el personal médico fue intimidado y requisado bajo amenazas.

En un chat, también del 12 de octubre, otra persona escribió. “Por favor colegas volqueteros, bloquear las vías y revisar todo lo que llevan. Ya mismo bajan de Ibarra y de Tulcán hacia Esmeraldas, por la vía Los Bancos - Calacalí”.

En estos grupos de chats y a través de Facebook se compartieron además videos en los que supuestamente se observaba al personal prehospitalario trasladando bombas lacrimógenas. Las imágenes muestran a una ambulancia estacionada y un grupo de policías con chompas verdes están congregados alrededor del automotor. “¿Por qué no están llevando a los heridos, por qué llevan bombas, armas y municiones para los policías?”, escribió un integrante de este grupo virtual. “Que quemen esos carros, guerra es guerra”, replicó otra persona. La historia real de ese video era que los socorristas habían compartido un refresco con los policías.

Una joven que hace de paramédico asegura que los manifestantes se colocaban de frente a los carros, en medio de la vía y lograban pararlos. Si no reducían la velocidad y evadían los obstáculos, la turba lanzaba piedras a las ventanas, les pinchaban las llantas y tiraba pintura a los parabrisas.

Los indígenas advierten que hubo gente infiltrada en las movilizaciones y que esos grupos ocasionaron el caos.

En contexto

Durante la comparecencia en la Asamblea, la ministra de Salud, Catalina Andramuno, dijo que en el paro, la estrategia del Gobierno fue desarrollar una campaña de comunicación para informar a la gente cuál es el trabajo de las ambulancias y así evitar los ataques.

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