Celulares usados nutren la venta informal

En la zona conocida como ‘La Cadena’, en la céntrica Bahía de Guayaquil, laboran más de 50 comerciantes en la venta de teléfonos móviles. En uno de los mostradores de vidrio, un letrero ofrecía servicio: “Se desbloquean celulares”.

Allí, mediante un programa, instalado en una computadora portátil, formatean el móvil como si se tratara de un disco duro. “Es preferible que el cliente deje el celular, porque eso demora”, dijo Juan C., dueño del puesto. Para realizar el trabajo, el cliente deja su móvil por uno o dos días.

fakeFCKRemoveEl precio del desbloqueo depende del modelo del teléfono. En los equipos más antiguos (Nokia 1100) cuesta USD 5. En cambio, desbloquear celulares inteligentes (como BlackBerry) vale USD 40. Juan C. contó que la variación en los precios se debía a la complejidad de la programación.

Ante la pregunta sobre la procedencia de los móviles que desbloquea, Juan C. se quedó en silencio. Y ya no quiso dar más explicaciones sobre su negocio, en el que atiende hasta 15 clientes al día.

En enero pasado, las comisarías de Policía de Guayaquil receptaron 360 denuncias de robo de celulares. La mayoría de las víctimas sufrió los asaltos mientras esperaba el bus o caminaba por la calle. En diciembre fueron 220 casos y en noviembre 230 denuncias.

Roberto Aspiazu, presidente de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Asetel), explicó que es posible reutilizar un teléfono que ha sido reportado como robado, dándole un Imei nuevo. El Imei es un número único que hace las veces de cédula de identidad del teléfono. Cuando un usuario reporta como robado su celular, la telefónica lo bloquea reconociéndolo por este código.

En otro local de la Bahía, David A. vende móviles de marcas Nokia, BlackBerry y TvMobile, entre nuevos y usados. “Un amigo me envía los celulares de Estados Unidos con las bandas habilitadas para las tres telefónicas”, dijo. Cada 15 días le llegan 100 teléfonos. Según el comerciante, paga impuestos por sus ventas, pero sobre su mostrador solo había facturas de papel periódico, sin número de Registro Único de Contribuyente (RUC) en el encabezado.

Para contrarrestar la venta de celulares robados y el contrabando, la Asetel presentó su propuesta en el Ministerio del Interior. En el documento pide la expedición de una normativa regional. Con esta, Ecuador, Colombia y Perú compartirían una misma ‘lista negra’ de teléfonos móviles robados.

Según José Pillegui, ex presidente del Consejo Nacional de Telecomunicaciones, para combatir el desbloqueo de móviles robados en otros países, se necesita compartir una lista de celulares bloqueados de todo el continente. “Así, cuando quieran activarlo aquí, no podrán hacerlo”, dijo.

De los 14,7 millones de celulares que hay en el país, más de 10 millones son de Porta. En el caso de la telefónica mexicana Conecel, dueña de esa firma, podría compartir información con su filial Claro. Esta última posicionada en Perú, Argentina, Chile y Panamá, explicó Pillegui.

En otro de los cubículos de la Bahía, Óscar E. ofrecía chips de las tres operadoras celulares. Los valores son entre USD 3 y 7, dependiendo del saldo incluido. El comerciante dijo desconocer cómo desbloquean móviles extranjeros o reportados como robados. “Solo vendo los chips, el cliente trae su celular desbloqueado”. Dijo que para realizar el desbloqueo se necesitan conocimientos informáticos, que él no posee.

En lo que va de febrero, según la Comisaría Tercera de la Policía de Guayaquil, la mayoría de celulares denunciados como robados es de la marca BlackBerry. David mostró con gusto a un cliente un móvil nuevo de esa marca.

Según el comerciante, el Black- Berry 9800 es el que “más piden los usuarios”, en lo que va del 2011. Su precio en los puestos de la Bahía es de USD 650 “negociables”. Ese equipo puede costar USD 760 en una operadora móvil, sin incluir impuestos.

Las telefónicas ofrecen rebajas y planes de financiamiento a sus clientes que requieran un móvil nuevo. Sin embargo, el precio de venta de los celulares es otra ventaja que manejan los puestos informales de la Bahía. La competencia se complica por los aranceles y salvaguardias (15% sobre el costo de importación) que los importadores deben pagar. Además de una posible restricción en la entrada de móviles, para Aspiazu esto “impulsaría el contrabando”.

Mientras tanto, en ‘La Cadena’ les preocupan los operativos de la Intendencia de Policía. En el último, realizado en diciembre, a Jorge M. le requisaron 18 celulares. El comerciante dijo que no tenía papeles porque se los habían dejado como parte de pago”.

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