La detención, tortura y muerte de Arturo Jarrín, máximo líder del grupo subversivo Alfaro Vive Carajo (AVC) será analizada de nuevo en la Corte Nacional de Justicia, en el norte de Quito.
A partir de las 15:00 de este miércoles 27 de julio del 2016, la Fiscalía solicitará ante la jueza nacional Sylvia Sánchez, la vinculación de cinco personas más al caso, en donde ya existen otros 13 procesados.
Según la Fiscalía, Jarrín se encontraba refugiado en Panamá cuando fue detenido sin orden judicial, el 24 de octubre de 1986. Dos días después, murió supuestamente abatido por policías, en el barrio de Carcelén, en el norte de Quito.
Los cinco nuevos nombres de los sospechosos corresponden a tres oficiales de la Policía, uno de los cuales llegó a ser comandante General de la Institución en el 2005; un cuarto sospechoso, es un coronel de las Fuerzas Armadas, que habría sido agregado militar en Panamá en 1986. El único civil dentro del proceso es el general Manuel Antonio Noriega, exmandatario de aquella nación centroamericana.
Según la Fiscalía, un exagente panameño que capturó a Jarrín en ese país, ahora colabora en la investigación, y es él quien aseguró que el general Noriega ordenó la detención de Jarrín en Panamá, por pedido del expresidente ecuatoriano León Febres Cordero. También explicó que el ecuatoriano fue entregado con vida a un agregado militar de Ecuador en Panamá, y que luego fue enviado en un vuelo hacia Quito.
Por otro lado, la Policía señala que la muerte de Jarrín se dio tras un enfrentamiento con los gendarmes. Miguel Jarrín, hermano de Arturo y también exmiembro de AVC, aseguró a la Comisión de la Verdad que investigó este caso, que Jarrín fue torturado. “Hubo moretones en todo el cuerpo que no se le pueden hacer a un cadáver, se hacen al cuerpo cuando todavía está vivo, y luego señales horrorosas en las muñecas y magulladuras muy claras. Tenía incluso los genitales quemados”.