El cuerpo sin vida de Guido Ortiz fue encontrado el sábado 7 de marzo del 2020 en la quebrada San José, en el sector de El Lomón. Foto: cortesía
Tres tatuajes permitieron identificar que se trataba de Guido Patrocinio Ortiz Taicuz. El ciudadano, de 19 años, fue reportado como desaparecido por sus familiares el 22 de enero del 2020.
Un día antes salió desde su casa, en la comunidad indígena Awá de El Baboso, rumbo a Buenos Aires, una parroquia rural de Imbabura, en donde se practicaba minería ilegal en busca de oro. Desde el 2 de julio del 2019, la zona está bajo custodia de la fuerza pública.
Yolanda Ortiz, madre de la víctima, informó a la Policía que su hijo había sido contratado por personas desconocidas, para trabajar en Buenos Aires.
El 7 de marzo último, Ortiz fue encontrado sin vida en la quebrada San José, en el sector conocido como El Lomón. En el operativo de rescate participaron gendarmes, bomberos y familiares de Ortiz.
Los tatuajes que tenía en el brazo izquierdo, en la espalda y en el lado izquierdo del cuello permitieron a sus familiares y amigos determinar que se trataba de la misma persona.
De acuerdo a un informe de la Policía, el cadáver presentaba muestras de haber recibido un golpe contuso en la cabeza. El cuerpo fue trasladado al Centro Forense de Esmeraldas, para determinar las causas del deceso.
Según Olindo Nastacuaz, dirigente de la Federación de Centros Awá del Ecuador, la organización estará vigilante para que se aclare la muerte de Guido Ortiz.
Recordó que en un proceso judicial, que se abrió para buscar al ciudadano, se informó que una patrulla militar que se encontraba custodiando los antiguos campamento mineros, sorprendió al joven mientras caminaba junto a dos personas cerca de la mina conocida como El Olivo.
Según los testimonios, los acompañantes escaparon al ver a los uniformados. Pero Ortiz se quedó. En el lugar había bultos con rocas y poleas.
Es por ello que los militares consideraron que se trataba de un delito flagrante. Luego los soldados entregaron al chico a tres policías que descendían de las minas.
Según los policías, el ciudadano escapó corriendo por la maleza. Así explicaron en el Juzgado de Urcuquí, durante un pedido de habeas corpus presentado por un abogado contratado por los amigos del desaparecido, porque se pensaba que estaba detenido.
El juez Iván Sucusañai, encargado del caso, dispuso investigar a los policías, debido a que consideró que existieron inconsistencias en sus relatos. Entre otras cosas, los agentes aseguraron que acompañaban a Ortiz para brindarle seguridad, porque ellos no creyeron que el caso era de un delito flagrante.