Las cachinerías aún operan, pese a que se terminó el plazo del Gobierno

En las bodegas de la PJ, en Calderón. El galpón principal de unos 300 m² está repleto de bienes decomisados. Hay electrodomésticos, herramientas, partes de vehículos, etc.

En las bodegas de la PJ, en Calderón. El galpón principal de unos 300 m² está repleto de bienes decomisados. Hay electrodomésticos, herramientas, partes de vehículos, etc.

La compra y venta de celulares, iPods, cámaras, grabadoras digitales y otros objetos continuó ayer sin ninguna restricción. En cada local de los cuatro niveles de un conocido establecimiento comercial del Centro Histórico de Quito se ofrecía una diversidad de artículos nuevos y usados.

Este es uno de los sitios en los que, a finales del 2010, la Policía, la Fiscalía y el Ministerio del Interior hicieron decomisos de mercadería de dudosa procedencia.

Y el Gobierno dio plazo para que hasta el lunes 31 de enero se acabe con estos locales conocidos como cachinerías. Sin embargo, ayer varios de estos sitios funcionaron sin ningún problema.

A media mañana, en una tienda del establecimiento céntrico, un grupo de estudiantes regateaba el costo de un iPod, que se ofrecía en USD 60, cuando en el mercado formal el aparato puede costar hasta USD 300. En un local contiguo, entre un montón de celulares usados y carcasas, se exhibía una grabadora digital. Por ella, el vendedor pidió USD 50, aunque advirtió que se podía regatear.

En uno de los locales del tercer nivel del centro comercial, su dueño estuvo presto ante el pedido de cambiar de banda de servicio en un celular. “Le cuesta 8 dólares y lo hacemos enseguida”, respondió y acucioso empezó a chequear el teléfono.

En las vitrinas se exhiben celulares desde modelos económicos hasta los más sofisticados, algunos nuevos y otros usados. Sus precios van desde USD 30 hasta 300. También se encuentran radios para vehículos, memorias, joyas de oro, ropa, zapatos, etc.

En otro establecimiento comercial, que queda a una cuadra y media, también se mantenía el comercio de diversos artefactos. Aunque allí la asistencia de clientes era bastante menor.

Esto evidenció de que las cachinerías siguen funcionando. El jefe de la Policía Judicial (PJ), coronel Rodrigo Beltrán, anunció el lunes que se realizarán más operativos de decomiso.

A su vez, la intendenta de Policía de Pichincha, Guadalupe Quizpe, señaló que este organismo no ha participado en forma directa en los operativos. Esto, porque desde el 2010, el Municipio de Quito asumió la entrega de los permisos anuales de funcionamiento. El miércoles pasado, Quizpe asistió a una reunión en el Ministerio del Interior para coordinar más controles. Llegaron además representantes del SRI, PJ y comisarías.Allí se decidió seguir con las requisas, aunque no se fijaron fechas ni lugares.

En tanto, las bodegas de la PJ de Pichincha, ubicadas en Calderón (norte de Quito) están a punto de colapsar. Por ejemplo, la bodega principal de unos 300 metros cuadrados se encuentra repleta de objetos recuperados. Según miembros de la PJ, esta acumulación es por los operativos realizados en varios sectores de la capital, en los últimos meses.

Además, un miembro de la PJ que prefirió reservar su identidad, advirtió que a veces un mismo objeto es decomisado en más de una ocasión. Lo demostró con los números del registro de ingreso a las bodegas. Por ejemplo, un aro de auto tenía marcado en azul 2010 -058 (es decir, entró el 8 de mayo del año pasado), pero otra vez fue decomisado en enero.

Las cuatro hileras de estantes metálicos están copadas por cientos de televisores de diferente tamaño y modelo. A dos metros hay más estantes llenos de equipos de sonido, monitores, CPU, teclados, impresoras y escáneres. También hay cajas amplificadoras de disco móvil, radios de vehículos y más.

En otras áreas están arrumadas refrigeradoras, decenas de cocinas y cilindros de gas, unas 200 bicicletas, equipos de gimnasio y más enseres. En los patios hay decenas de puertas de vehículos.

En un cuarto aparte se guardan celulares, joyas y computadoras portátiles, bajo cadena de custodia. Están empaquetados y asegurados con sellos que se abren con autorización de la Fiscalía. La apertura ocurre cuando el dueño se acerca a reclamarlo. Otra posibilidad es que se convoque a remate público. Hace tres semanas, Beltrán anunció que se prevé rematar los artículos decomisados, pero hasta ayer no se concretaba.

Quito

Diego T.

Nombre protegido de una víctima de dos robos en Quito.

‘Se robaron hasta mis zapatos’

Hace algunos meses decidí quedarme con unos amigos hasta altas horas de la noche. Pero allí tuve una de las peores experiencias. Mientras iba a buscar un taxi fui asaltado por algunas personas y me robaron mis zapatos, mi chaqueta, mi corbata, mi billetera e incluso mis lentes. Me quitaron todo. Esto ocurrió en el sector de La Marín (centro de Quito). Recuerdo que tuve que ir a mi casa en medias.

En otra ocasión también me robaron mientras bajaba por la calle Montúfar, en el centro. Dos personas me abordaron para robarme dinero, pero en esa ocasión no tenía dinero.

Cuando los desconocidos se dieron cuenta que no tenía nada se llevaron todos mis documentos personales. Nunca he puesto resistencia durante los robos, porque eso sería poner en riesgo la vida. Nada es más valioso que estar vivo. Tampoco he presentado denuncias en la Policía. No lo he hecho porque no confío en la justicia. Si yo denuncio, el documento se va a los archivos. Siempre he pensado que gasto más en denunciar que en recuperar mis cosas. Allí se dilata el tema por réditos económicos

 

La propuesta

Ney Jiménez /Dirigente de los transportistas

‘La Policía debe mejorar’

Una de las principales propuestas es el mejoramiento de  la Policía Nacional. Esta institución, que está al cuidado de todos los ciudadanos, debe reorientar su  trabajo. Es decir, debe definitivamente dejar de lado sus tareas administrativas en dependencias públicas y dedicarse al cuidado de la gente en la calle. 

  

Esos recursos humanos se están desperdiciando, cuando existe tanta violencia en la ciudad. Asimismo, debe existir una mejor formación para los agentes del orden. En las escuelas sería bueno que se impartiera   el servicio a la comunidad. Se  debe masificar las especializaciones de investigación criminalística. En el país hay grupos especializados de la Policía, pero deberían existir más agentes encargados de este tema.

Otro punto que debe mejorar es, sin duda, la justicia. Esta debe estar al servicio y beneficio de los ciudadanos y no ser tan blanda con los delincuentes. Es indispensable que exista un nuevo grupo de  fiscales y de jueces. De esta manera se logrará descongestionar el sistema y las denuncias colocadas por los ciudadanos se   agilizarán.

La gestión del Alcalde  de la ciudad también es importante.

Él debe realizar obras de infraestructura que mejoren la seguridad ciudadana. Finalmente está  la ciudadanía. En las escuelas se debiera impartir una materia exclusiva sobre las normas de seguridad en las calles.

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