Aliz Borja cuestionó el accionar de Patricio Sosa. Él, como fiscal de turno, avocó conocimiento de la muerte de Natalia Emme y ordenó la detención de la esposa del fiscal general, Washington Pesántez, el 14 de enero pasado.
Tres testigos dijeron que Borja conducía ese día el Vitara SZ de la Fiscalía que arrolló a Emme. Según Borja, cuando estaba en el centro de detención de Tránsito de la calle Luis Cordero, el fiscal Sosa le entregó un papel con un número de teléfono. Esto, supuestamente para que se comunicara con la familia de la joven y “arreglara el asunto”.
“Ningún fiscal se identificó como tal, no me informaron sobre ningún derecho y me propuso este señor, que hoy sé que es el fiscal Sosa, que dejara pasar a la madre de la fallecida”, refirió Borja ante la fiscal de Tránsito que lleva el caso, Mariana López.
“Le dije que esta señora y otros escaparon de lesionarme, que si han revisado si trae algo para causarme daño y yo esperaba esa respuesta. Luego ingresó este señor y me entregó este papel que quiero dejar a la señora fiscal”.
Sosa, de su lado, negó ayer, en entrevista a este Diario, haber suministrado el papel. “Todo lo que ha pasado está en la declaración juramentada que yo hice. No conozco nada de ningún papel”.
Pero Aliz Borja, incluso, afirmó que el fiscal de turno permitió el ingreso de cuatro personas para que la identificaran en su celda. “Sin que nadie me haya informado un señor entró y dijo: sí parece que es ella; luego vino otro y dijo: a esta vieja le han cambiado la camisa. Una tercera mujer joven que dijo: es esta la que bajó del auto y una cuarta persona, una mujer de edad, dijo: no sé, nunca la vi”.
Víctor Cevallos, abogado de Borja, señaló que ningún testigo ha dicho que ella conducía el vehículo de la Fiscalía cuando Natalia fue arrollada. “Por eso no es ni debe ser procesada en este caso”.
Insistió en que quien conducía era el policía asignado a la seguridad del Fiscal General, Wilson Velasteguí, quien asumió la responsabilidad del accidente.
Ante la Fiscalía, él dijo que utilizó la vía exclusiva de la Metrovía porque un jeep “sospechoso” lo perseguía. Borja, en cambio, señaló que iban a atender una emergencia médica en el Hospital de Niños Baca Ortiz. “Me comprometí ese día con la madre de Tania del Valle a conversar con el neurocirujano para que atendiera a su hija por un tumor que tenía una metástasis a la columna”.
Según la esposa del fiscal general, Washington Pesántez, ella no conocía que un vehículo “sospechoso” los seguía. “En otras ocasiones únicamente después de haber realizado maniobras de evasión el conductor me había indicado de algo sospechoso”. Esta es una medida de protección, agrega, para evitar que el pasajero se angustie durante el trayecto.
Borja ratificó que ella iba en el asiento trasero del Vitara SZ. “Tengo la licencia de conducir, pero hace años que me fue designada la seguridad de la Fiscalía, por amenazas de muerte recibidas”.
El relato de Borja sigue: “No he conducido nunca un vehículo de uso oficial y principalmente el vehículo Vitara blanco, designado ocho días antes en reemplazo de un rojo que fue dado de baja en la Fiscalía por antiguo. Además, tengo la orden de mi médico, Jaime León, de no conducir vehículos debido a que los primeros días de noviembre de 2009 sufrí un cuadro de sordera súbita del oído derecho acompañado de vértigo incapacitante”. Agregó que, además, le diagnosticaron un cáncer de seno, “que me obligó a realizarme una cirugía con una extirpación de mi mama izquierda. La gravedad de la intervención me impedía conducir”.