Bertha García es catedrática universitaria y estudiosa de temas militares. Foto: EL COMERCIO
El lunes de la semana pasada el Alto Mando militar va y entra a la Corte Nacional de Justicia, que estaba a punto de iniciar el primer juicio de lesa humanidad en Ecuador.
¿Hicieron bien los comandantes en ir uniformados y con más oficiales de las tres ramas de FF.AA.?
No se puede dar una respuesta contundente y decir si hicieron bien o mal. Es la primera vez que los altos mandos militares actúan de una manera tan contundente.
¿Primera vez?
Quiero decir que durante este gobierno las Fuerzas Armadas se han mostrado prudentes, se han mostrado en su lugar dentro de lo que cabe, salvo algunas cosas. Pero también se puede decir, en cierto modo, (que fue) prudente (la llegada a la Corte). Primero fueron a averiguar de qué se trataba y a hablar con el Fiscal. Lo que hay que examinar son las condiciones en las que se dio ese comportamiento.
¿Y cuáles son esas condiciones de las que habla?
Una de las condiciones es que en el país no podemos decir que exista un sistema judicial que sea independiente de la política. No hemos podido construir un Estado de derecho como de alguna manera lo pretendía la Constitución.
Pero eso no implica que actúen como lo hicieron. La simbología del uniforme, de la presencia del jefe del Comando Conjunto y de los comandantes de las fuerzas es muy fuerte.
Eso significa un pronunciamiento institucional de FF.AA.
¿También una forma de atemorizar?
No. Bueno, de alguna forma hay un aviso, hay un mensaje.
¿Qué mensaje?
De que FF.AA. están actuando institucionalmente.
¿Pero cabe mover toda una institucionalidad por cinco exmilitares?
No es por cinco oficiales, no es así. Es por la causa misma. No se puede decir que es por tal oficial. Institucionalmente inquieren, se preguntan ¿cuáles son las condiciones en las que se puede dar esto (juicio)? Entonces ahí sí entramos en algo más profundo.
Es decir, ¿ellos quieren dejar en claro que las Fuerzas Armadas, como institución, no perpetran crímenes de lesa humanidad?
(Quieren dejar en claro) que no era su intención perpetrar esos delitos, que cuando ocurren esas cosas hay que ver las demás responsabilidades, porque no son solo de ellos. Entonces pensemos ¿cuáles eran las preocupaciones de la seguridad interna en esa época? Era contra los enemigos internos del Estado. ¿Y quiénes eran esos enemigos? Las fuerzas subversivas. Claro, no vamos a decir que estaba bien.
Ahora, el Presidente de la República dijo que la llegada de los militares a la Corte es inadmisible en un Estado de derecho. Y que si quieren hacerlo después que lo hagan de civil.
El mismo poder político ha dado las condiciones para que ese pronunciamiento (militar) se dé de esa manera. La causa (para que los oficiales actúen así) no está únicamente en los militares, sino en las condiciones que el propio poder político (no solamente de este Gobierno, sino de toda esta época histórica) ha propiciado para que se den.
¿Se refiere al poder que le han dado a los militares?
Durante la época de (León) Febres-Cordero se manipuló a la justicia; hasta se pidió a las Fuerzas Armadas que rodeen con taques a la Corte. A la larga este ha sido el arma política de muchos gobiernos. Y eso, se podría decir que es la cosa perversa para la democracia.
Por este mal uso que se dio en este entonces a las Fuerzas Armadas, ¿estas toman un fuerte poder?
Un momento interesante es la Constitución del 2008: muchas fuerzas se ponen de acuerdo para poner en el lugar debido a militares y policías. ¿Qué es ponerlos en el lugar debido? Darles sus misiones constitucionales. Pero lo que ha ocurrido es que después de eso no se han respetado esas misiones constitucionales. Eso es una mala conducción de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Hay una conducción arbitraria de las FF.AA.
¿Hay? ¿En este momento?
Hay. Existe todavía. Ha existido muchas veces antes y existe hoy.
Es por eso que, por ejemplo, va la entonces ministra de Defensa María Fernanda Espinosa y ante los militares habla de la revolución y de Alfaro.
Esas son intromisiones. Ya le digo, mal uso de las Fuerzas Armadas, mal uso del lenguaje. Ahora, una buena cosa que ha habido en este Gobierno es la introducción de ministros civiles. Eso es muy bueno.
Pero no es cualquier civil, es un delegado del Gobierno, es decir, un político.
Pero el manejo no tiene que ser de manera arbitraria. Los militares se tienen que subordinar al Estado, a la democracia, no al Presidente. La conducción de las Fuerzas Armadas es institucional.
Después también aparece otro oficial y en la Presidencia de la República habló de las obras de la Revolución Ciudadana.
Eso también es un exabrupto absoluto, que no debe pasar.
Además, los discursos políticos se vuelven usuales en los cuarteles militares.
Siempre han hablado. Todos los presidentes han hecho la barbaridad de ir a hablar a los militares de su partido, de la oposición, hablar mal de la oposición. Eso es un abuso absoluto.
Su trayectoria
Bertha García es catedrática universitaria y estudiosa de temas militares. No cree que los militares sean “intocables”, porque ve que se ha dado un “cambio importante”
en las filas castrenses.