El juez español Baltasar Garzón entró presuroso a la Corte Nacional de Justicia. Un poco después de las 11:00, el hombre que enjuició al ex dictador chileno Augusto Pinochet se bajó de un auto negro y se dirigió al quinto piso, donde lo esperaban los jueces nacionales.
La cita fue una de 30 actividades que Garzón tiene previsto cumplir en Quito hasta el sábado, cuando deje el país, como titular de la veeduría internacional a la reestructuración de la Justicia. Es su cuarta visita, desde que fuera nombrado veedor en noviembre, pero por primera vez recogerá datos para elaborar un informe.
La reunión de ayer en la Corte Nacional de Justicia fue reservada. Antes, Garzón señaló que la idea era conocer “las inquietudes” sobre las reformas al sistema judicial y reveló que su informe estará listo hasta enero del 2013, aunque este no será de obligatorio cumplimiento.
Garzón ha sido cuestionado en Ecuador. En noviembre pasado, por ejemplo, llegó cuando el Consejo de la Judicatura Transitorio tomaba las pruebas psicológicas a los judiciales. Ese test no fue conocido por su veeduría.
En enero arribó solo para la posesión de los nuevos jueces nacionales, el 26. Esto, pese a que previamente la oposición cuestionaba la selección de jueces, al identificarlos con el oficialismo.
Carlos Coloma, uno de los veedores al sistema judicial en Pichincha, dijo ayer que mañana se reunirá con Garzón para reiterarle las denuncias en el sentido de que habría observadores locales que también tendrían nexos con el Gobierno. Uno de ellos es el dirigente campesino Rodrigo Collahuazo, quien la semana pasada estuvo en la marcha oficialista.
Baltasar Garzón, quien ayer no se refirió a sus juicios en España, tiene previsto hoy reunirse con los vocales de la Judicatura, aunque su presidente, Paulo Rodríguez, está de gira internacional.