Comandantes del Azuay dicen que 'son contados' policías que no tienen armas

En Azuay laboran 1 700 uniformados en los distintos servicios.

Llevaban chalecos antibalas, gas pimienta, tolete y uno de ellos su pistola. Así iniciaron la jornada de patrullaje a pie, el pasado miércoles, dos uniformados de la Unidad de Policía Comunitaria de El Batán, en la Feria Libre de El Arenal, en el sureste de Cuenca.
El Policía que no disponía de arma lleva un año dentro de la institución y aún no recibe este implemento por parte del Estado. Los otros 14 policías de tropa y dos oficiales de este circuito disponen del equipamiento completo, incluido las municiones, motos y patrulleros.
En Azuay laboran 1 700 uniformados en los distintos servicios. Según Mario Castro, jefe de la subzona de Policía, son contados los policías de esta provincia que no disponen de arma y, por lo general, son de las nuevas promociones.
El déficit de armas se cubre con la de los uniformados que se retiran o se acogen a la jubilación, y para obtenerlos los uniformados deben presentar el respectivo pedido. En promedio son alrededor de 1 500 policías que salen de la institución por año, en el país.
En el caso de las municiones, cada policía recibe el arma con una dotación de 50 balas, que son repuestas con el respectivo parte policial, dice Castro. “El uso de las balas depende mucho de la región y los territorios de incidencia delictiva”.
Hay uniformados con más de 10 años en la institución, que contaron que mientras laboraron en la Costa utilizaban un promedio de cinco balas por mes, mientras que en la capital azuaya nunca han tenido que disparar.
Para Castro, es riesgoso revelar el porcentaje de déficit de personal y armas porque eso podría repercutir en la percepción de seguridad de la comunidad. “Es preferible que se sepa que somos mucho más, porque eso ayuda a que la gente se siente protegida y el delincuente desmotivado”.