Ávila es el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación. Foto: Archivo particular
Entrevista a Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.
¿Qué se espera para la frontera Ecuador-Colombia ahora que ya se sabe quién será el nuevo Presidente colombiano?
En Colombia ganó la estructura política que más combatió la propuesta depaz del Gobierno. Eso pone en aprietos el proceso de paz como un todo. Pero aún no sabemos cómo serán las modificaciones al acuerdo de paz. Lo cierto es que ese proceso, tal y cual lo conocemos hoy, no va a ser lo mismo con el Gobierno de Iván Duque.
¿Qué significa eso?
Por ahora hay tres cosas claras. Primero, no habrá una reforma agraria, es decir, no habrá democratización de la tierra. Segundo, van a modificar toda la justicia transicional y el gobierno ganador ha hablado de cárceles para los jefes de las FARC. Como tercer punto van a topar la política antidrogas y han dicho que vuelven a la mano dura.
¿Con Duque vuelve la política guerrerista?
En cuanto a la relación con los países vecinos de frontera no habrá cambios sustanciales, pero sí habrá una mano dura en las zonas rurales y de frontera colombiana. Será una mano dura con los grupos criminales e irá en la misma línea de la política del presidente Juan Manuel Santos.
En ese sentido, ¿qué debe esperar Ecuador en cuanto a temas de frontera y violencia?
No siento que vaya a haber problemas con el gobierno de Lenín Moreno. Van a tener posibilidades de colaborar. Creo que al nuevo Gobierno colombiano le interesa mucho colaborar. Lo que más preocupa hasta ahora es la política antidrogas.
¿Por qué?
Porque la frontera con Ecuador está llena de cultivos de coca. Eso significa que seguramente volverán a las fumigaciones con glifosato.
¿Esa política dio resultados como para volver a lo mismo?
Hay gente que cree que las fumigaciones fue una política buena. Yo creo que no dio los resultados. Hoy Colombia tiene igual cultivo de coca que hace 20 años, cuando comenzó el Plan Colombia. Entonces, si después de 20 años tienes lo mismo de una política es porque fracasó.
¿Cuál es la cifra de cultivos de coca en Colombia?
Estamos un poco por encima de los niveles de 1998. Para entonces teníamos por sobre 140 000 hectáreas de coca sembradas y hoy estamos con cerca de 160 000. Con las fumigaciones, en el 2016 y 2017, bajamos a 70 000. Pero esto se produjo también porque el precio de la coca cayó y el precio del oro subió. Mucha gente que sembraba coca se fue a sacar oro ilegal.
Actualmente, en la frontera con Ecuador, el Estado colombiano no tiene presencia. ¿Qué hacer?
Presencia sí hay, pero solo en temas de seguridad. El gran problema es que el resto del Estado de derecho no llega.
¿Qué hacer con los disidentes de las FARC?
Sí, son un reto para el nuevo gobierno colombiano, pero ya no son una amenaza como las FARC. Pero claro, es un reto de seguridad regional y hay que combatirlas. Creo que ahí no van a presentarse cambios en la actual política.