Alfredo Vera: La Embajadora se puso soberbia y por eso se va

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Tras consumir un amargo café negro, Alfredo Vera ofrece un estrechón de manos y lo suelta: “Ojalá no me arrepienta”. Es el epitafio tras el diálogo que concede a este Diario, en su despacho del Ministerio del Interior, una oficina con madera tallada en las paredes, en el piso dos del inmueble de la colonial Calle Angosta, en el centro de Quito. “Me encantan que graben para que saquen lo que yo digo y no lo que otro oye”, sentencia al arrancar la entrevista.

¿La declaración de persona no grata a la Embajadora de EE.UU. en Quito, Heather Hodges, supone que el Gobierno de Ecuador da crédito a los cables de Wikileaks?

Lo primero que sucede es que el Canciller habla con la Embajadora y le pide que se pronuncie sobre la veracidad de la supuesta información que ella habría entregado, porque así dice la nota del diario español El País, y la respuesta de ella es totalmente inhóspita. Un punto es la acusación de que un general de Policía que ya tiene 2 años de haber sido cambiado, que han pasado dos administraciones después de la de él, de repente aparece involucrado en una denuncia de corrupción. Nosotros investigaremos si es verdad. Pero el otro punto es una infamia, una calumnia, que no es aceptable, decir que el Presidente estaba enterado de que este señor era un corrupto y que lo designa Jefe de la Policía para manipularlo. Eso puede ser un invento de El País, pero eso es lo que hay que aclarar. Lo importante es separar los dos casos. La Cancillería reclama a la Embajadora por el segundo tema y ella en lugar de dar una explicación se pone en soberbia. Esa soberbia le cuesta que el Canciller la declare persona no grata.

Pero ella debe cumplir órdenes del Departamento de Estado, que no opina sobre los cables de Wikileaks.

Bueno, todos cumplimos órdenes en la vida. Pero uno tiene un límite para cumplir una orden o el compromiso de dar la cara frente a determinada circunstancia. Esto no es cuestión de que una funcionaria de segundo nivel aclare las cosas. Si no hubiera estado ella mencionada en la nota de El País, probablemente hubiera podido pasar eso, pero en el momento en que ella está mencionada como autora de los mensajes que Wikileaks robó, es distinto. Pero la pregunta que tenemos que hacernos: ¿Diario El País esperó un momento crítico de la política ecuatoriana para sacar el Wikileaks?

¿Un momento crítico?

Cuando estamos enfrentando un proceso electoral en donde los adversarios del Presidente ya no tienen argumentos que esgrimir y es probable que esta extraña, entre comillas, coincidencia salga.

¿Qué pasará con los convenios de cooperación de EE.UU. para la Policía Antinarcóticos e Inteligencia. Se superó la exigencia de someter a los agentes al polígrafo?

Estábamos avanzando por buen camino. Ya estaba en camino de superarse ese tema. No porque el Gobierno de EE.UU. o la DEA nos entreguen 10 ó 100 aparatos vamos a permitir que se lesione la dignidad de un ecuatoriano; esa es la política. La Embajadora me ha visitado dos o tres veces y con toda la satisfacción se ha reunido conmigo. Hemos estado marchando más o menos bien, poniéndonos de acuerdo sobre aquello que fue un obstáculo y debía ser superado, pero en eso aparece una noticia contra la soberanía de Ecuador y no podemos seguir hablando. Ahora, en lo que tiene que ver con este Ministerio, yo no voy a tramitar ni un papel mientras la señora Embajadora de EE.UU. no rectifique.

¿Con relación conflictiva se refiere a lo ocurrido tras la revelación del caso Ostaiza hecha por un grupo de Inteligencia que involucró a un ex funcionario, lo cual antecedió a las críticas del soporte de EE.UU. a Inteligencia?

El conflicto que se tuvo es cuando decimos vamos a categorizar los delitos, cuando el Presidente dice el principal delito del Ecuador no es el narcotráfico, son otros: las invasiones, las cachinerías, los asesinatos, etc. Además, se pone de relieve que sectores de la Policía eran incondicionales de la DEA y de la Embajada, antes que de las instancias ecuatorianas. Entonces, ese cambio de política probablemente pueda ayudar a explicar lo que nos está pasando; una crisis que no es motivada por el Ecuador. Aquí no están locos para pedirle aclaraciones a la Embajada que no sea por una noticia que proviene de un diario que está perfectamente identificado como adversario del Ecuador, lo que pasa es que la gente olvida. Acordémonos que en El País se publicaba todo lo que el Gobierno anterior de Colombia quería para desprestigiar la política internacional de Ecuador.

¿Cuánto iba a invertir EE.UU. en la Policía?

Yo le dije a la Embajadora que todo lo que sea formación académica lo recibo sin condición. Equipos los recibimos sin condición, pero además nosotros decidimos dónde y cómo poner esos equipos. Ella estaba bastante dispuesta a apoyar la política que nosotros estábamos planteando.

¿Pero el polígrafo es importante para evaluar periódicamente la ética del personal?

Por supuesto. Pero lo hacemos nosotros o compartimos con ellos la información, porque es lógico y no escapa a la comprensión de nosotros, basta ver la televisión para descubrir que también en la CIA, en la DEA y en todas partes hay corruptos. Entonces hay que asegurarse de que nadie vaya a usar mal esos equipos. Esta semana hemos hecho el hallazgo de droga que iba a enviarse a España en cajas de atún. Hace poco capturamos 4 toneladas de droga que no es para consumo en el Ecuador, es para consumo en los EE.UU. O sea que el hecho de que nos ayuden no es gratis, nuestra Policía está trabajando permanentemente para detectar los envíos de droga a los EE.UU. Un país pequeñito como el nuestro trabaja para que los niños y jóvenes de allá no se envenenen. Pero las cosas deben ser como una balanza equilibrada, de igual a igual.

El Ejército acaba de hallar 2 hectáreas de hoja de coca en Sucumbíos. Antes allí no había plantaciones. ¿Ecuador empieza a convertirse en productor de droga?

No se va a convertir mientras tengamos las patrullas de FF.AA. y de Policía vigilando. Ahora la selva y la frontera es una inmensidad, recorrerla a pie es cosa seria, y tienen que recorrerla a pie para encontrar las plantaciones y lo estamos haciendo. No queremos ser un país productor ni siquiera procesador, no podemos evitar ser un país de tránsito de la droga, pero hacemos esfuerzos por impedirlo. Cada día se está encontrando gente corrupta, cada día hay asesinatos y ya se descubre que es ajuste de cuentas entre los traficantes de drogas y los que se ganan los mercados de drogas; nos hace un daño terrible el narcotráfico, por eso estamos conscientes de que tenemos que luchar contra él. Pero tampoco nos podemos postrar de rodillas ante EE.UU. y Europa que creen que el principal delito que se tiene que combatir es el narcotráfico, cierto que es uno de los principales, pero nosotros tenemos otros como el robo de celulares, asaltos, etc.

Pero detrás del narcotráfico se ven delitos conexos en los barrios: usura, explotación sexual, etc.

Es terrible. Y se ve la tragedia de gente sencilla, de clase media, de gente pobre que se involucra en el tráfico de droga y después termina asesinada, porque los traficantes de droga son implacables para violar la ley y el derecho de la vida, cuántos ciudadanos aparentemente normales aparecen asesinados por el sicariato. Cómo no nos va a doler eso, nos afecta porque nos perjudica, porque los índices que publican las revistas y los periódicos de la delincuencia y de la criminalidad nos hacen daño, hacen daño a la sociedad, estamos queriendo construir un país del buen vivir y la violencia y la delincuencia son los principales enemigos. No estoy aquí porque tenga espíritu policíaco o tenga deseos de figuración, estoy aquí porque el Presidente cree que puedo servir para frenar un poco esta avalancha del crimen.

En marzo, el Presidente de la República dijo que había indicios de la presunta existencia del cartel de la droga de Sinaloa (México) en Ecuador y usted dijo al día siguiente que esos indicios no existen. ¿Una contradicción?No, no hay contradicción. Al Presidente le preguntan un día en que aparentemente el jefe de la Policía encargado, que era el general Rodrigo Suárez, habría dicho, tras la captura de 4 toneladas de droga en Guayaquil, que aquí estaba presente el cartel de Sinaloa. El Presidente había leído todos los periódicos y todos coincidencialmente -cosa que yo la repudio, no creo en las coincidencias, hubo una mala intención-, atribuyen esa declaración al general Suárez, pero he leído y he visto la rueda de prensa del General y en ningún momento él habla del cartel de Sinaloa.

Ministro, EL COMERCIO no atribuyó lo del cartel de Sinaloa el general Suárez. Hubo un cable de la agencia EFE de México, en referencia a ese operativo, que hablaba de 18 detenidos presuntamente vinculados al cartel, 9 de ellos en Ecuador.Bueno, usted defiende a su medio. ¿Pero quién mandó el cable: la Interpol, el Ministerio de Justicia de México? No. No es creíble. Quiere que yo crea en lo que dice diario El País porque viene de España. Yo tengo que decir: No hay ningún indicio de la presencia del cartel de Sinaloa aquí. Cogieron preso a mexicanos, sí. Que la droga se va a México, sí. Pero en México hay 11 carteles: ¿a qué cartel se fue?, ¿cómo vamos a saber? Sabe qué perversidad hay en esto: la perversidad masoquista de querernos asustar de que ya está instalado el cartel de Sinaloa aquí por culpa del Gobierno, no porque los de Sinaloa sean criminales que vienen acá porque les da la gana, no, eso no dicen, sino que es culpa del Gobierno. Si así quieren combatir al Gobierno, bueno, qué podemos hacer.

La realidad es que hay carteles mexicanos que reciben la droga de Colombia y Perú, a través de Ecuador. Y para ello esos carteles sí ejercen una forma de penetración con conexiones de mafias, aquí, que les abastecen.

Los carteles tienen negocios, pero no son gerentes propietarios. Tienen negocios con los traficantes y entonces el uno le paga más que el otro y cuando sucede eso ahí les cobran las cuentas con el sicariato; tú ya me habías vendido la droga a mí y se la pasaste al otro, eso es falta de seriedad, muerto.

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