Los vecinos cerraron con una cadena la vía que conecta a Buenos Aires con las minas.
Aún temblando y tomado de la mano de su esposa, un campesino de Buenos Aires, en Imbabura, contó que uno de los armados que opera en la zona le disparó dos veces cerca a los pies. El ataque ocurrió a las 09:00 del domingo y cuatro horas después pudo llegar a la asamblea, en donde un centenar de habitantes de esta parroquia se reunió y protestó ante los hechos de extorsión a los que son sometidos.
El poblador se paró y explicó que cuatro hombres armados lo interceptaron e intentaron cobrarle USD 10 por los cinco sacos de cemento que llevaba en su camioneta.
Todo ocurrió en El Triunfo, un pueblo que está a una hora del centro de Buenos Aires.
“Estos sujetos se molestaron, porque me negué a pagar lo que ellos llaman peaje. Cobran a todos los carros que circulan con personas y carga”, aseguró.
Los campesinos escucharon todo y el hombre dio más detalles. “Me dijeron: o pagas o te disparamos en las llantas”.
Por eso se bajó molesto del carro y tras un cruce de palabras, uno de los hombres que llevaba fusil lo atacó y le dijo: “Esta es la última advertencia. La próxima te mueres”.
Contó que se subió al carro y que arrancó temeroso.
Una noche antes, los armados dispararon en contra de dos hermanos que trasportaban sacos con material mineralizado, en una camioneta.
El incidente se produjo porque los jóvenes también se negaron a pagar USD 25 que les pidieron por permitirles el paso desde cerca de una mina hasta una planta de procesamiento.
“Mis muchachos tuvieron que lanzarse a una quebrada para evitar los impactos de bala. No quisieron pagar porque primero dijeron que les iban a cobrar USD 5, luego 10 y al final les exigieron 25”, aseguró el padre.
En la reunión hubo gritos de rechazo en contra de los armados. Pedían su expulsión.
Finalmente se acordó colocar una cadena metálica con candados, a lo ancho del camino hacia las minas. Quieren evitar el paso de provisiones, como alimentos y combustibles para cocinar y para las plantas de energía eléctrica.
La Junta Parroquial declaró en “estado de alerta” a toda la zona y todos “permanecerán en asamblea” hasta tener una repuesta de policías y militares. Hoy habrá una reunión en la Gobernación de Imbabura.
Los vecinos cerraron con una cadena la vía que conecta a Buenos Aires con las minas.
Una vez que todo el pueblo se paró, los comerciantes del centro de Buenos Aires también denunciaron haber sido extorsionados por los desconocidos y que son víctimas de las denominadas ‘vacunas’. Es decir, se ven forzados a pagar a cambio de recibir una supuesta seguridad. Pero prefieren callar y no decir cuánto les obligaban a entregar ni en qué períodos.
Los pobladores aseguraron que en la periferia, estas personas suelen recorrer vestidos de negro y con armamento al hombro. En la cabecera parroquial, en cambio, visten como cualquier persona del sector.
Así visitan a los comerciantes, para presionar por el pago.
Este poblado sufre el embate de la minería ilegal desde noviembre del 2017. La localidad cambió su fisonomía.
El domingo, cuando este Diario llegó al sector, también arribaron 15 policías, para dar seguridad a los pobladores ante la denuncia de los ataques.
Los militares, en cambio, estaban en la vía Ibarra-San Lorenzo, en la Y de Salinas.
Para los soldados, este sitio es clave, porque es la vía principal para ingresar a Buenos Aires y el paso para El Cielito, otra mina que intentaron tomarse las bandas delictivas, en Carchi.
En San Jerónimo, en cambio, hay policías. Ese es otro punto de entrada a Buenos Aires.
Los comuneros piden más vigilancia, porque los mineros ilegales están instalados en San Pedro, La Y y El Triunfo.
En esas comunidades se levantaron carpas de plástico, junto a los yacimientos.
Una carretera de tierra, con huecos y lodo, se ha convertido en la arteria principal de abastecimiento de alimentos, herramientas y combustibles.
En algunos puntos del ramal, los armados, que están agrupados en el llamado Frente de Seguridad, se instalan sorpresivamente para realizar cobros.
“Por el paso de una caneca de gasolina se debe pagar USD 5, por una de ácido sulfúrico 10, por una caja de cianuro 50, por una carga de alimentos USD 5, por un saco de cemento 2”, relató uno de los afectados.
Los mineros también pagan entre USD 300 y 400 al mes para poder extraer el mineral de los túneles, que se han abierto en la pared de la montaña conocida como La Joroba.
Los armados les aseguran que el pago es por la seguridad que les dan. Un minero recordó que las personas que intentan manejar la zona entraron a inicios de este año y desplazaron a otros. Desde entonces, entre los vecinos se regó la noticia de que eran 12. Hoy se calcula que son unos 70.