Un hombre robusto guarda silencio. Su voz, que en un inicio suena amable, cambia súbitamente hacia un tono áspero, casi de advertencia. “No sé nada, aquí murió el señor, pero nosotros no sabemos nada”, dice molesto.
En el barrio donde habitaba el fotógrafo Byron Baldeón, el silencio es total. En una de las esquinas de ese sector, en el cantón El Triunfo (Guayas), fue asesinado el reportero gráfico. Ocurrió la tarde del último domingo.
Los dos desconocidos que bajaron de una moto y dispararon nueve veces contra la víctima huyeron, ante el pavor de los vecinos. Es lo que cuentan voces anónimas, en el vecindario, y que la Policía corrobora con los casquillos de bala hallados en la calzada de adoquín desgastado.
Dos vecinos que descansan a la sombra de un inmenso Samán, al lado de la casa donde habitaba Baldeón, confirman que escucharon una ráfaga de disparos.
Otro morador, dueño de un micromercado cercano, lo confirma: “Escuché el ruido de una moto, y luego los disparos. Me dicen que los tipos cogieron por allá”, señala hacia una calle de tierra.
Aunque deteriorado, el inmueble que arrendaba el fotógrafo de 32 años parece un pequeño fortín. Sendos candados lucen en las dos puertas enrollables de la planta baja, donde funcionan dos negocios. Un portero eléctrico con cámara y vidrios polarizados resaltan en un sector dominado por casas humildes.
Los familiares de Baldeón también han preferido mantenerse en silencio. El fotógrafo deja tres hijos de dos relaciones diferentes. Una de sus hijas, menor de edad, se negaba a ser consolada ayer, durante el sepelio de su padre, que fue a las 13:00 en el cementerio general del cantón Yaguachi, localidad de origen de la víctima.
El cuerpo fue trasladado desde el hogar de sus padres, ubicado a menos de tres cuadras del pequeño camposanto, en el centro de la ciudad. Seis arreglos florales quedaron en una sobria tumba de cemento aún sin enlucir.
“Dónde están ahora, por qué no han venido”, reclamaba furiosa una mujer con un recién nacido en brazos. Se refería a uno de los medios donde, según familiares, este colaboraba con sus gráficas.
Las imágenes graficaron un reciente reportaje sobre el robo de un contenedor que llevaba televisores LCD, delito en el que la Fiscalía imputó a cinco personas, entre ellas tres policías.
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El pasado 15 de mayo, el Juzgado XVI de Garantías Penales del Guayas dispuso la prisión preventiva para los policías en servicio activo, Carlos Ch., César M., y Segundo R.. Ellos habrían participado en el caso de 432 televisores robados del contenedor en un tramo de la ruta Daule-Santa Lucía.
La indagación determinó que una furgoneta y un vehículo interceptaron al cabezal con el contenedor y amordazaron a sus tripulantes.
Según la Policía de El Triunfo, el fotógrafo había sido llamado a declarar como testigo dentro de la indagación por ese delito.
En la Policía se dice que él siempre cubría los hechos delictivos e iba a los principales operativos.
El jefe del destacamento de El Triunfo, Jonathan Reyes, dice que el día de su asesinato el fotógrafo se trasladó a su casa tras una cobertura y al llegar recibió una llamada. Poco después fue acribillado. En la escena del asesinato, Criminalística rescató varios casquillos de bala y su teléfono.
Ese celular es una prueba fundamental, según la Policía. “Hacemos el seguimiento de esa llamada, verificaremos de dónde provino. Solicitaremos por medio del Fiscal el reporte de las llamadas registradas por la operadora”, señala Reyes.
El informe de Criminalística estará listo esta semana. “Tenemos indicios fuertes para tratar de resolver este caso y otros recientes”, agrega el oficial, en referencia a otro asesinato, bajo la misma modalidad de sicariato, hace un mes contra un taxista.
El crimen del fotógrafo generó reacciones de grupos, como Fundamedios, que el lunes emitió una alerta sobre el hecho.
El caso fue denunciado ayer por la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF). “Tragedias como esta siguen siendo raras entre el gremio en Ecuador, afortunadamente”, señaló.
El ministro del Interior, José Serrano, anunció que un “equipo especial” investigará el crimen.
En los exteriores del cementerio de Yaguachi, la mujer que abrazaba a un niño exigió que se investigara la muerte de Baldeón.
Los acompañantes le pedían que ya no hablara más.
La SIP se pronuncia
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó ayer el asesinato y pidió a las autoridades que indagaran el caso “con prontitud para juzgar, deslindar responsabilidades y conocer el móvil del crimen”.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa, Gustavo Mohme, repudió el asesinato.